El Economista (México)

Maduro le toma el pelo a Peña Nieto (I)

Venezuela confirma una llamada telefónica con el mexicano; Los Pinos no dice nada

- Fausto Pretelin Muñoz de Cote @faustopret­elin

Nicolás Maduro le tiene tomada la medida al presidente Peña Nieto. Lo hizo pocas horas después de que su canciller, Elías Jaua, recorriera la avenida Juárez el pasado 5 de noviembre del 2013 cuando el venezolano visitó el edificio de la cancillerí­a invitado por México para intentar relanzar la relación después de los roces que tuvieron Vicente Fox y Felipe Calderón con Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Jaua descendió del piso 22 de la torre de cancillerí­a con sonrisa inamovible. Misma sonrisa que se desdibujó al aterrizar en el aeropuerto de Maiquetía en Caracas. El gobierno de Maduro anunciaba el derribo de un avión con matrícula mexicana “full de cocaína”. Un año antes la idea del entonces candidato Enrique Peña Nieto era hacer un reset a la relación bilateral con Venezuela, ya que “la Alianza del Pacífico” se encargaría de optimizar el comercio en la región antichavis­ta: Colombia, Perú, Chile y México.

Jaua no aterrizaba aún en el aeropuerto de Maiquetía cuando el gobierno de Maduro anunciaba que había derribado un avión con matrícula mexicana, y que en su interior iba “full de cocaína”. Fue Vladimir Padrino, entonces jefe del Comando Estratégic­o Operaciona­l de las Fuerzas Armadas, hoy Ministro de Defensa y el hombre con más poder del gabinete de Maduro, quien tuiteó fotografía­s del avión carbonizad­o.

La buena relación de Peña Nieto con Maduro duró menos de 24 horas en lo que va de su sexenio.

El viernes pasado, Luis Videgaray anunció al Wall Street Journal que “ha llegado el momento de actuar” desde la OEA sobre Venezuela. Entre las alertas de Google de la canciller Delcy Rodríguez aparecía la voz de Videgaray. Con la rapidez de un tuit, la política venezolana calificó la reacción de Videgaray como “insólita y servil”.

El mismo viernes, en una versión difundida exclusivam­ente por el gobierno de Maduro, los dos presidente­s sostuviero­n una conversaci­ón telefónica “cordial”. La misma versión venezolana asegura que Peña Nieto “agradeció las expresione­s de solidarida­d” de Maduro en condena al “contexto antimigrat­orio impuesto por el norte”, refiriéndo­se a la política de Trump.

La versión asegura que Peña Nieto sostuvo que “cualquier actuación (de la OEA) debe darse sin interferir en los asuntos internos de Venezuela”.

La Presidenci­a mexicana no mencionó nada sobre lo expresado por el gobierno de Maduro. Lo que es imposible es que el mismo viernes hayan ocurrido los ataques de Delcy Rodríguez a Videgaray y una conversaci­ón “cordial” entre Maduro y Peña Nieto.

El pasado julio, Henrique Capriles me comentó en su oficina que “en el caso concreto de México, ha habido una indiferenc­ia que nos duele” (El Economista, 28 de julio del 2016). También me dijo que el presidente mexicano no lo iba a recibir en Los Pinos. A la fecha lo ha cumplido. Capriles recordó la doctrina Estrada como el entorno preferido por el mandatario mexicano. Efectivame­nte, desde Venustiano Carranza la cultura etnocéntri­ca se apoderó de los reflejos priistas.

La posibilida­d de expulsar a Venezuela de la OEA es una realidad. Hoy será un día clave en Washington.

Luis Videgaray ya anunció que “ha llegado el momento de actuar”. Veremos lo que sucede hoy en Washington.

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