La agricultura puede ser más rentable a través de la biotecnología.
Tres agrónomos fundaron una startup que promete devolver la rentabilidad al campo y poner en la mesa del consumidor productos agrícolas sanos. Por ello, Cleantech Challenge la nombró la “mejor empresa verde” de México
“LA AGRICULTURA no tendrá más alternativa que ser más productiva” advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que visualiza el reto de alimentar a 9,100 millones de personas al 2050, para ello se necesita elevar 70% la producción agrícola.
“A nivel mundial, la agricultura enfrenta cuatro desafíos”, indica Obed Mayoral Fernández, director general de Tecnologías AgriBest: no hay alimentos en el mundo; la agricultura tradicional causa daño al medio ambiente; esto afecta la salud humana, y esta actividad tiene que ser rentable para que los agricultores no la abandonen.
Premiada como “La mejor empresa verde” de México por Cleantech Challenge, AgriBest es una empresa de biotecnología fundada por expertos agrónomos de Chapingo. Su objetivo desde hace cuatro años es transformar la agricultura, y pretende hacerlo mediante un sistema que nutre la tierra y protege los cultivos de insectos y plagas. No hay manipulación genética, ni uso de químicos.
El uso de agroquímicos y la compactación de la tierra con maquinaria disminuye la fertilidad de los suelos, indica Obed Mayoral. AgriBest identifica los microorganismos que hay en suelos fértiles y mediante técnicas de laboratorio y biorreactores los reproduce y masifica en cantidades exponenciales y los devuelve a los agricultores en una serie de productos que denomina sistema biotecnológico.
“La nutrición se da volviendo los suelos más fértiles y la protección es a través de extractos de plantas que repelen a insectos y plagas que dañan a éstas”, explica.
Los resultados, asegura el experto, se ven desde el primer ciclo de cultivo y son varios: reducción de 30 a 40% en costos de producción por dejar de usar agroquímicos y fertilizantes, menor contaminación; la producción aumenta entre 30 y 50%, se acorta el ciclo del cultivo y el consumidor ingiere productos que no dañan su salud.
Un agricultor de maíz, ejemplifica, invierte entre 3,000 y 4,000 pesos en fertilizantes químicos, el sistema AgriBest tiene un costo de 1,400 pesos. Además, “80% de los fertilizantes que usa la agricultura en México son importados y el precio ya es 45 a 50% más caro (por el tipo de cambio)”, expone.
Además de escribir un libro sobre los retos de la agricultura en México, el científico-empresario es un promotor de la biotecnología ante legisladores y autoridades de gobierno, y confía que el uso de estas técnicas se aceleren en el mediano plazo: “Hay programas de gobierno que apoyan este tipo de tecnología. Este año no hubo uno como tal, pero para el siguiente sí, ya está en el presupuesto de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa)”, mencionó.
La empresa mexiquense trabaja con productores de todo tamaño, incluso exportadores. En el 2015 abarcó 185 municipios de 26 estados y poco más de 98,000 hectáreas de 32,400 agricultores.
EQUIPO MOTIVADO
AgriBest tiene su sede en Texcoco, en el estado de México. Fue fundada por Obed Mayoral, José Arturo Arellano Dorado y Eduardo Bustamante Salgado. Trabajaron en su desarrollo nueve años y aún continúan enfrentando retos, como mejorar su línea de productos, que abarca 26 distintos cultivos y que en breve incluirá un bioinsecticida contra el Zika (bajo patente).
La compañía ha recibido apoyo de Conacyt (Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología) y del Inadem (Instituto Nacional del Emprendedor), aunque su sistema cada vez convence a más productores. Las ventas, asegura, crecen 50% año con año. Los recursos se invierten en infraestructura, investigación (destina 10% de sus ingresos a I+D) y marketing.
“Mandamos a hacer equipo a Alemania (…) queremos que la tecnología de AgriBest sea lo top que encuentre el agricultor mexicano. Queremos ser una empresa global, nuestro objetivo es Centroamérica y Sudamérica”, revela.
Para comandar a un equipo de 35 personas, la mitad de ellos científicos. Mayoral Fernández, ha tenido que hacerse de conocimientos de administración, control de inventarios y mercadotecnia.
La experiencia también dicta contar con un esquema de incentivos para los colaboradores. Entre los beneficios de participar en el Cleantech Challenge, el director general destaca el efecto que tuvo en su equipo:
“Haber ganado trajo una energía nueva a todos los muchachos. Yo quería ganar, pero no tanto por mí, sino por ellos. Que sintieran que su trabajo tiene impacto y que alguien de afuera lo reconoce. El premio nos impulsa a echarle más ganas, a ser más efectivos con los productos que estamos liberando. Ser la mejor empresa verde te pone un chip muy revolucionado, y eso es algo muy bueno”, compartió.
Como científico, Obed Mayoral cuida la tierra, como CEO cuida su cuerpo con ejercicio físico y su mente con lecturas (está leyendo Predictably Irrational: The Hidden Forces That Shape Our Decisions) y su mentalidad de empresario con nuevos conocimientos de gestión.
“Es importante que estés bien contigo mismo, con tu familia y con la sociedad para sentir que estás haciendo algo productivo y eso te ayuda como persona a seguir creciendo”, asegura.
El director general de la joven empresa es un firme convencido de las bondades del gobierno corporativo, por lo que afirma que está en proceso de conformar su consejo de administración que, además de los socios y colaboradores, incluya a consejeros independientes.
Para finalizar, el emprendedor comparte tres consejos para las startups de biotecnología: “Nunca rendirse, a diario hay situaciones complicadas y dan ganas de soltar la toalla, pero cuando quitas esa opción, ves las otras alternativas; conocer temas de administración yde negocios, y aprender el arte de vender, si no eres capaz de transmitir de manera sencilla en qué consiste tu emprendimiento, va a ser complicado que alguien lo tome”, concluye.