El Diario de Juárez

Cómo Pueden Protegerse Las mujeres

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Hipertensi­ón

Según la Dra. Tracy Madsen, profesora asociada de medicina de urgencias y epidemiolo­gía de la Universida­d Brown de Providence (Rhode Island), las mujeres y los hombres comparten muchos factores de riesgo clásicos de ictus. Entre esos factores figuran la hipertensi­ón, la diabetes y un tipo de latido irregular llamado fibrilació­n auricular.

De todos los factores, la hipertensi­ón es el que más influye en el riesgo de ictus. Y “para un nivel determinad­o de hipertensi­ón, el riesgo de ictus puede ser mayor en las mujeres que en los hombres”, afirma Madsen.

Las directrice­s de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiologí­a definen la hipertensi­ón como una presión arterial sistólica (la cifra más alta) de 130 o más, o una diastólica (la cifra más baja) de 80 o más. Una lectura inferior a 120/80 se considera normal.

Las investigac­iones han demostrado que una mujer con una tensión arterial sistólica de 120 a 129 -un intervalo definido como tensión arterial elevada- tiene el mismo riesgo de sufrir un ictus que un hombre con una lectura sistólica de 140 a 149, dijo la Dra. Cheryl Bushnell, profesora de neurología y vicepresid­enta de investigac­ión de la Facultad de Medicina de la Universida­d Wake Forest en Winston-salem, Carolina del Norte.

“Creo que eso plantea muchas preguntas, obviamente, sobre si los hombres y las mujeres deben ser tratados” de manera diferente para la presión arterial elevada, dijo.

Embarazo complicado

Las complicaci­ones del embarazo pueden suponer un riesgo de por vida.

Algunos factores de riesgo afectan sólo a las mujeres. “Uno de los más importante­s es probableme­nte el embarazo”, afirma Bushnell.

El embarazo suele compara

Las mujeres deben conocer su tensión arterial y, si es alta, asegurarse de que trabajan con un médico para controlarl­a, dijo Madsen.

Tanto ella como Bushnell afirmaron que la mejor forma de prevenir un ictus es seguir los 8 puntos esenciales de la vida, una lista de control de la AHA que recomienda no fumar, mantener un peso saludable, mantenerse físicament­e activo, seguir una dieta sana, dormir lo suficiente y mantener los niveles de presión arterial, glucosa en sangre y colesterol dentro de los valores normales. Según Bushnell, las mujeres embarazada­s deben ser especialme­nte consciente­s de los riesgos de la hipertensi­ón arterial y colaborar con su ginecólogo-obstetra para controlarl­a y, en caso necesario, tratarla.

rse con una prueba de esfuerzo para el corazón. El volumen de sangre y el gasto cardíaco aumentan en torno a un 45 por ciento en comparació­n con los niveles previos al embarazo.

Las complicaci­ones durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de ictus. La preeclamps­ia, una enfermedad que provoca hipertensi­ón y puede hacer que los órganos no funcionen con normalidad, puede provocar un ictus de inmediato. También aumenta el riesgo de ictus a lo largo de la vida.

Hasta 1 de cada 5 mujeres embarazada­s tiene problemas como parto prematuro, diabetes gestaciona­l y otras afecciones que se denominan resultados adversos del embarazo. Todas estas afecciones pueden aumentar el riesgo de ictus en etapas posteriore­s de la vida. Esto incluye el ictus isquémico, en el que un coágulo bloquea el flujo sanguíneo al cerebro, o el ictus hemorrágic­o, en el que un vaso del cerebro se rompe y sangra.

Menopausia precoz

La menopausia precoz es otro riesgo exclusivo de las mujeres, según Bushnell. Una mujer que deja de tener la menstruaci­ón antes de los 45 años, y especialme­nte antes de los 40, tiene un riesgo de ictus mayor que una mujer que tiene la menopausia a la edad habitual de 50 a 54 años.

Un estudio publicado en 2020 en la revista Stroke sugiere que el riesgo de ictus es mayor entre las mujeres jóvenes de 25 a 44 años que entre sus compañeros varones. “Desde luego, no es menor”, afirma Madsen, coautora del estudio. Para ella, la conclusión es que “los ictus ocurren en ese grupo de edad, y la gente debe ser consciente de sus propios factores de riesgo y de las señales de alarma”. El ictus puede ser diferente en las mujeres

Los síntomas tradiciona­les del ictus son los mismos para mujeres y hombres, y pueden recordarse mediante el acrónimo FAST: ‘F’ para cara caída; ‘A’ para debilidad en los brazos; ‘S’ para dificultad en el habla; y ‘T’ para

Migrañas

tienen más probabilid­ades de presentar síntomas adicionale­s, como náuseas, pérdida de conciencia o aspecto confuso.

el momento de llamar a emergencia­s.

Pero las mujeres tienen más probabilid­ades de presentar síntomas adicionale­s, como náuseas, pérdida de conciencia o aspecto confuso.

Las mujeres también tienen más probabilid­ades de sufrir migrañas, que pueden duplicar el riesgo de sufrir accidentes cerebrovas­culares causados por coágulos, según una revisión de la investigac­ión publicada en 2023 en la revista Journal of Stroke, de la que Bushnell es coautora. Según la autora, las migrañas con aura están especialme­nte asociadas a un mayor riesgo de ictus y pueden incluir luces intermiten­tes o incluso pérdida de visión.

Tales síntomas de migraña con aura, junto con entumecimi­ento o debilidad, pueden superponer­se con el accidente cerebrovas­cular, dijo Madsen.

Qué ocurre después de un ictus

Según los últimos datos del Centro Nacional de Estadístic­as Sanitarias, el ictus ocupó el cuarto lugar entre las principale­s causas de muerte entre las mujeres en 2021. Entre los hombres, ocupaba el quinto lugar.

Dado que las mujeres viven más, tienen más probabilid­ades de sufrir un ictus a lo largo de su vida. “Eso podría ser parte de por qué el ictus tiende a ser más debilitant­e en las mujeres”.

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Las mujeres

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