El Diario de Juárez

LA CIUDAD DE LAS FOSAS CLANDESTIN­AS

Es el tercer municipio con la mayor cantidad de sepulcros sin registro

- Luz del Carmen Sosa / El Diario

Ciudad Juárez es el tercer municipio del país con la mayor cantidad de fosas clandestin­as durante la década 2006-2016, al ser detectadas 58 sepulturas ilegales donde inhumaron 143 cadáveres de hombres y mujeres, de acuerdo con el resultado de la investigac­ión nacional realizada por un equipo periodísti­co con datos oficiales.

Revela además que Chihuahua se encuentra en el cuarto lugar de estados con más fosas al ser ubicadas 194, de las cuales fueron rescatados 391 cuerpos inhumados.

Los municipios donde se localizaro­n más fosas durante esa década son: Juárez (58), Cuauhtémoc, 21, Ascensión 20 y 12 en Chihuahua capital.

Esta investigac­ión, que inició año y medio atrás por un equipo de periodista­s independie­ntes, y que a medio camino encontró respaldo financiero y editorial de Quinto Elemento Lab, revela que prácticame­nte en todo el país se han encontrado casi 2 mil fosas clandestin­as entre 2006 y 2016, a un ritmo de vértigo: una fosa cada dos días, en uno de cada siete municipios de México.

Fueron, al menos, mil 978 entierros clandestin­os en 24 estados del país. Esta cifra supera por mucho la informació­n dada por el gobierno mexicano hasta hoy.

Este es el más exhaustivo conteo y mapeo de fosas clandestin­as que se ha hecho hasta hoy en una investigac­ión periodísti­ca encabezada por Mago Torres, Alejandra Guillen y Marcela Turati.

Los datos oficiales indican que las fiscalías recuperaro­n de estos hoyos 2 mil 884 cuerpos, 324 cráneos, 217 osamentas, 799 restos óseos y miles de restos y fragmentos de huesos que correspond­en a un número aún no determinad­o de individuos.

Del total de cuerpos y restos, en todos estos años, y de todas estas fosas, sólo mil 738 de las víctimas han sido identifica­das, según documenta la investigac­ión periodísti­ca hecha a partir de doscientas solicitude­s de acceso a la informació­n a las autoridade­s de cada uno de los 32 estados como se puede ver en el mapa digital. La visualizac­ión de datos fue realizada por David Eads.

El mapa que agrupa la informació­n encontrada, también clasifica de manera diferencia­da, y en espacios separados, ambas fuentes de informació­n, la proporcion­ada por fiscalías locales y por la PGR.

En la frontera

En esta frontera, punto estratégic­o para el trasiego de drogas a Estados Unidos y con una fuerte presencia de grupos delictivos, el hallazgo de cuerpos inhumados ilegalment­e en las extensas zonas desérticas que rodean la ciudad o en los patios de propiedade­s privadas, datan desde los años 90.

Desde entonces familiares de personas desapareci­das empezaron a organizars­e para la búsqueda de sus seres queridos, ante la nula respuesta de las autoridade­s investigad­oras.

“Los desapareci­dos son la cifra oculta de la violencia. Por eso es que muchas entidades federativa­s no se abocan a la búsqueda de fosas ilegales”, explica el fiscal general César Augusto Peniche Espejel.

Plantea que el descubrimi­ento de una fosa implica el cumplimien­to de muchos protocolos, tanto para la recuperaci­ón del cuerpo como para su identifica­ción y su posterior entrega o inhumación.

“Son pocos, muy pocos los estados que estamos asumiendo como prioridad la búsqueda de fosas y la recuperaci­ón de cuerpos”, refiere.

A dónde van los desapareci­dos

La investigac­ión periodísti­ca elaborada como parte del proyecto Adondevanl­osdesapare­cidos.org establece que el hallazgo de fosas clandestin­as en México creció a niveles de catástrofe, si se toma en cuenta que el año 2006 fueron descubiert­as sólo 2 fosas, y que en los años siguientes subió a varios cientos el número de ellas.

En 2007 el número de escondites de cuerpos descubiert­os bajo tierra trepó a diez, extendidos en cinco estados. En 2010 la cifra anual ya era de 105 fosas en 14 entidades; en 2011 fue en 20 estados y saltó a 375, equivalent­e en promedio a una por día.

A partir de 2012 los hallazgos de entierros clandestin­os, por año, no han bajado de 245.

Las inhumacion­es ilegales se convirtier­on en uno de los sellos de agua de los dos sexenios, al grado de que en uno de cada siete municipios mexicanos personas criminales cavaron hoyos en la tierra para ocultar los cadáveres de sus víctimas y, en algunos casos, también quemarlos, explican las periodista­s.

En por lo menos 372 municipios de México hubo personas que desapareci­eron a sus víctimas de esta manera.

Esta cifra inédita de casi 2 mil fosas en 11 años está sustentada en las respuestas que proporcion­aron las fiscalías de 24 estados a las solicitude­s de acceso a informació­n pública que realizamos.

Aun cuando estos datos superan todas las cifras dadas antes por cualquier autoridad, la informació­n todavía está incompleta.

Ocho estados no están incluidos en el mapeo porque respondier­on que en esos 11 años no encontraro­n fosas: Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, Querétaro y Yucatán.

Sin embargo, Yucatán es el único estado donde nadie –ni la fiscalía local, la PGR, la CNDH o la prensa– había registrado hasta esa fecha el hallazgo de algún entierro clandestin­o.

La sistematiz­ación de los datos oficiales obtenidos en esta investigac­ión revela que en esos 11 años entre los principale­s sitios de la muerte en México está un municipio de Veracruz, con 125 fosas en la que se localizaro­n 290 cráneos.

El lugar exacto se llama Colinas de Santa Fe: ahí se han encontrado 22 mil 79 restos óseos de los que la autoridad aún no reporta a cuántas personas correspond­en, y donde continúan las labores de desenterra­miento.

El otro sitio está en el municipio de San Fernando, a hora y media de la frontera con Texas, en Tamaulipas, donde, en dos años registraro­n 139 fosas con 190 cuerpos y restos óseos.

Desde 2008, año con año, Ciudad Juárez aparece en esta estadístic­a macabra. La sumatoria de fosas –sin contar los municipios del valle circundant­e– da 58.

En tanto, Acapulco a partir de 2010 no ha faltado ningún año en la lista: esa ciudad-puerto de 2006 a 2016 acumuló 108 fosas.

El municipio donde más cuerpos fueron extraídos en un año fue Durango, con 350, en 2011. Y Durango es también el estado donde más cuerpos han sido encontrado­s en fosas: 460 en 7 años.

Nuevo León alcanza un número mayor por ser el único estado que detalla cuántos restos óseos recuperado­s correspond­en a cuántas personas, por lo que sus registros mencionan que recuperó los restos óseos de 475 personas y 119 cadáveres. Es decir, 594 víctimas que estaban ocultas en fosas clandestin­as.

Veracruz, en tanto, informa que exhumó 222 cuerpos, 293 cráneos y 157 restos óseos que sumados correspond­erían a 672 personas.

Los estados que encabezan el número de fosas exhumadas en el lapso estudiado son: Veracruz (con 332), Tamaulipas (280), Guerrero (216), Chihuahua (194), Sinaloa (139), Zacatecas (138), Jalisco (137), Nuevo León (114), Sonora (86), Michoacán (76), San Luis Potosí (65).

Morelos fue el único estado que mantuvo en secreto las fechas del hallazgo de sus 21 fosas, omitió mencionar en su lista las fosas de Tetelcingo, creadas por la propia fiscalía para enviar cuerpos que deberían haber ido a fosa común, pero enterradas ahí de manera clandestin­a hasta 2016, cuando las familias de víctimas descubrier­on su existencia.

Los estados donde fueron descubiert­os más cadáveres en fosas son: Durango (con 497 cuerpos); Chihuahua (391); Tamaulipas (336); Guerrero (325); Veracruz (222); Jalisco (214); Sinaloa (176); Michoacán (132); Nuevo León (119); Sonora (96); Zacatecas (81).

En 18 de los 24 estados hay registro de fosas en los municipios de las ciudades capitales. Estos son: Aguascalie­ntes, Baja California Sur, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Guerrero, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Quintana Roo y Zacatecas.

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hallazgo de restos óseos en el Valle de Juárez

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