Promueven envejecimiento activo
La práctica regular del ejercicio físico es fundamental, para envejecer de forma saludable y mejorar la calidad de vida en las personas mayores; el envejecimiento activo puede aumentar la esperanza de vida y reducir los índices de morbilidad con el paso de los años.
Al realizar actividad física recreativa, deportiva o de rehabilitación, se obtienen beneficios en los planos físicos, psicológicos y sociales.
Estos incluyen la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, el mantenimiento de la fuerza muscular, la flexibilidad y la resistencia cardiovascular, la reducción del riesgo de fracturas y caídas, y la mejora del equilibrio, la coordinación y la agilidad.
Además, el ejercicio contribuye a una mejor movilidad y autonomía para llevar a cabo las labores cotidianas, así como a la capacidad de concentración, atención, memoria y velocidad de procesamiento de la información.
También ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión al estimular la liberación de endorfinas, mejorando así el estado de ánimo y la sensación de bienestar general.
Las enfermedades crónicas discapacitantes son más frecuentes en los adultos mayores, y los trastornos musculoesqueléticos representan una de las principales causas de limitación de la movilidad y discapacidad.
Estos trastornos afectan al aparato locomotor, incluyendo músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, cápsulas articulares, cartílago, huesos y nervios.
Las enfermedades reumatológicas afectan aproximadamente al 80% de la población de adultos mayores de 60 años o más, teniendo un gran impacto en su independencia y calidad de vida.
La inactividad física es un factor de riesgo para los trastornos musculoesqueléticos en los adultos mayores, lo que puede provocar discapacidad funcional debido a la pérdida de movilidad y masa muscular.
Los tratamientos no farmacológicos incluyen la práctica de ejercicios individualizados realizados de manera regular a una intensidad moderada. Además, es fundamental considerar los límites de movilidad, fuerza muscular, capacidad aeróbica y la gravedad del dolor en cada individuo.
En resumen, mantenerse activo físicamente es una inversión valiosa para la salud y el bienestar en la tercera edad, el ejercicio y el deporte también promueven la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de algunas enfermedades, lo que conduce a una vida más sana, equilibrada, alegre, activa, dinámica y llevadera.
Además, llevar una vida saludable desde la infancia o adolescencia es fundamental para un envejecimiento saludable, es importante inculcar una cultura de buena alimentación y actividad física desde temprana edad, aunque se puede comenzar a cualquier edad, cuanto más joven se empiece a cuidar la salud, más óptimo será lograr un envejecimiento saludable.
Colaboración:
Alumnos de la Licenciatura en Motricidad Humana: Marcela Carrillo Torres
Carlos Israel García
Dra. Susana Ivonne Aguirre Vázquez.
Dra. Martha Ornelas Contreras.
Facultad de Ciencias de la Cultura Física.