Preocupación por la “partidización” del INE y el TEE
Describamos las circunstancias del escenario electoral, en términos de realismo político. Viéndose los conservadores a unos 20 días de la elección, perdidos en la sucesión presidencial, pues Claudia, con base en la mayoría las encuestas serias, sigue sosteniendo una ventaja en las preferencias de 10 a 15 puntos sobre Xóchitl, intentaron desesperada y sorpresivamente darle un giro a su dramática posición, lanzando al escenario, la encuesta levantada por Massive Caller, en la que se afirma, que en cuestión de días la candidata conservadora no sólo alcanzó a Claudia, sino que ya le va ganando en la contienda. Lo cual a la luz de la realidad y la verdad es mentira.
Casi todos los analistas opinaron que es la desesperación, lo que llevó a los conservadores a saturar el espacio mediático con esa falacia que intentó mover el tapete a la consistente predisposición electoral que tiene a Claudia con una fuerte ventaja sobre Xóchitl. Incluso ni los mismos analistas conservadores, pudieron posicionar como certera esa encuesta, que abiertamente les favorecía, pues sometieron al análisis del rigor científico dicho sondeo y concluyeron lo endeble de su levantamiento.
Salvo mejor opinión, ese intento de sorprender en el escenario a los electores, no logró el efecto deseado: cambiar de golpe y porrazo con una encuesta a modo, la realidad y la predisposición electoral.
Por lo que la sucesión continúa su curso normal. Sin embargo, la siguiente acción de esa estrategia de los conservadores, se tiene convocatoria de manifestación de la “marea rosa”, el 19 próximo en el Distrito Federal (sic). Con ello continúan desplegando sus esfuerzos, usando la encuesta de Massive Caller y la manifestación del día mañana en la capital del país, para posicionar en el imaginario colectivo, que “le van ganando al bando progresista en la preferencia electoral”. Válidamente se anticipa que la concentración de la “marea rosa” será multitudinaria pues es, seguramente, el último esfuerzo antes de la elección y porque en el D.f.(sic) sus bases militantes, generalmente son muy participativas.
La estrategia de posicionar en todo el país la idea de que la alianza conservadora “ya le va ganando” a la progresista, le da vida al fantasma que recorre a toda la elección: los conservadores quisieran usar al INE para dar un golpe sorpresivo, cambiar de ser necesario desde la maquinaria del conteo de los votos, el resultado electoral.
En apoyo a viabilidad del golpe técnico desde el INE al resultado electoral, encontramos la extraña expresión que hizo Alito Moreno el martes pasado en el sentido de que “el presidente gobierna, PERO NO TIENE EL CONTROL POLÍTICO”. Fácilmente leyendo entre líneas esa expresión, se pudiera deducir que lo que realmente Alito quiere decir es que “el presidente no controla al INE”; y que según las vísperas, es la alianza conservadora la que tiene en sus manos el poder decisivo del INE en esta elección.
También apoya nuestra tesis, las reservas expresadas por el presidente López Obrador en las últimas mañaneras, en las que ha mostrado mucha cautela respecto al INE. Dar la impresión de que no quiere darle argumentos ni pretextos al INE para que le intenten anular la elección presidencial, que presuntamente ya tiene en la bolsa.
Tratando de encontrar el significado a las expresiones de Alito Moreno y López Obrador, podemos decir que ambos, que las fuerzas políticas que ambos representan, tienen centrada la atención sobre la forma en que va a operar el INE antes, durante y después de la jornada electoral.
La función política de sus expresiones y de sus acciones, es que el líder de la alianza conservadora Alito Moreno, se refiere a que López Obrador no tiene el control del INE y la alianza conservadora sí lo tiene; mientras que López Obrador trata de evitar cualquier motivo o mañanera que den lugar a que el INE castigue y opere políticamente contra Claudia Sheinbaum.
De ser válida nuestra percepción, entonces ambos bandos políticos están concentrados ya en la operación política de las estructuras electorales que ambos tienen: el PRIAN con las estructuras propias y todo el poder que implica el INE; mientras que López Obrador y Morena también con sus estructuras electorales, pero intentando neutralizar el poder del INE, que como lo avisan las vísperas, en todas las elecciones anteriores ha operado y operaría, de nueva cuenta, en favor de la alianza conservadora.
Es visible que el INE sigue controlado por la alianza prianista. Lo cual, lógicamente llena de preocupación e incertidumbre el desenlace de la sucesión presidencial y la votación por la integración del Congreso de la Unión, de las gubernaturas, presidencias municipales y congresos locales que están en juego.
Se suma a esa hipótesis, el suceso más notorio en el escenario electoral de Chihuahua, como lo es que la Sala Regional electoral de Guadalajara, revocó la resolución del TEE que había dictado, con motivo de la demanda por violencia política de género, interpuesta por una diputada en contra de la bancada de Morena; ordenando al TEE a emitir una nueva resolución que satisfaga los mínimos legales de un exhaustivo análisis circunstancial de modo, tiempo y lugar, en que se ejecutaron los hechos que se imputan a cada uno de los diputados señalados como actores de violencia política de género. Lo cual alienta a la tentación expresada abiertamente, de que el TEE se pudiera usar, igual que el INE, para tratar de incidir en el resultado electoral no sólo en Ciudad Juárez sino en todo el estado.