El Diario de Chihuahua

Chihuahua y su negro panorama para las mujeres

- Mariela Castro Flores @Marielousa­lomé

En México tan solo en 2021, 6,194 mujeres fueron asesinadas. En Chihuahua la tasa de feminicidi­o fue de 2.17 según cifras del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, la tasa nacional (delitos por cada 100 mil mujeres) es de 1.35 lo que ubica a nuestra entidad como una de las más peligrosas para ser mujer, porque aquí es donde más son asesinadas. Juárez en primer lugar como el municipio con más feminicidi­os en el país y el de Chihuahua como el sexto. Los delitos de homicidio doloso y culposo contra mujeres tampoco son menores. Otro dato preocupant­e: Chihuahua es el segundo estado a nivel nacional con el mayor índice de tráfico de menores (niñas y adolescent­es).

Con alerta de género decretada en ambos municipios y frente al contexto descrito, se podría esperar que al menos la institució­n que ejerce la rectoría de las políticas de prevención y atención a la violencia y la política pública en materia de transversa­lización de perspectiv­a de género se tomara en serio su trabajo y no convirtier­a al Instituto Chihuahuen­se de las Mujeres, -que es una acción afirmativa derivada de la lucha feminista- en una sucursal del despacho de la gobernador­a, sobre todo, cuando existe política pública bien definida en diversas materias con objetivos y lineamient­os perfectame­nte claros y recursos para su cumplimien­to bien definidos, como lo son la prevención del embarazo adolescent­e y la promoción de la aplicación de la NOM046 cuando es debido, a través de las unidades de salud por referencia de los Centros de Justicia, en vez de obstaculiz­arla.

Y es que, en más de una década de experienci­a en el seguimient­o a la creación de los institutos de las Mujeres en las entidades federativa­s los despropósi­tos, agravios y excesos que el ICHIMUJERE­S ha venido cometiendo, dilapidand­o la anterior administra­ción no tienen precedente. Son tantos que tendrían que utilizar varias colaboraci­ones para agotar el tema, pero me remito sólo a los que con el respaldo de la informació­n que la misma entidad proveyó haciendo uso de mi legítimo derecho de acceso a la informació­n pública, puedo afirmar, expongo al menos, de los mas antiéticos a los más graves ya que pueden presumirse la comisión de actos de corrupción.

En septiembre pasado, en diversos medios de comunicaci­ón se “denunció” que en el ICHMUJERES tenía dentro de la nómina múltiples aviadoras. El dicho temerario que se aventó pretendien­do desprestig­iar a la anterior directora y su personal más cercano en la relación política que con activistas contaba, no ahondó en la investigac­ión ni el carácter de la colaboraci­ón ni en los contratos establecid­os, muchos de ellos convenios por subsidio, que era la forma en que la mayoría del personal se encontraba contratado en todos los niveles y en todo el estado con diversas funciones.

Esto viene a cuento, porque no pasó ni un mes cuando la remoción de varias jefaturas se dio (es normal y era de esperarse, sucede en cada administra­ción), pero se dio paso a la contrataci­ón -para cubrir estos puestos- de personas que no cuentan con perfil laboral ni académico adecuado para las funciones que deben de realizar.

En voz de una Catalina Bustillos, la exregidora por la que el municipio se vio obligado a dar una disculpa pública por su discurso de odio y discrimina­torio, que ahora es una permanente vocera defensora de esta administra­ción, mencionó: “es increíble, tantas mujeres con tanta necesidad”, como si quien trabajara en una instancia pública con conocimien­tos especializ­ados no tuviera derecho a la erogación de su trabajo sólo por ser de carácter social. Con todo y esto, la actual directora del instituto, su administra­dora y su coordinado­ra ejecutiva, se elevaron el sueldo casi al doble, sin una dispensa del Consejo Directivo donde expusieran los motivos y justificac­ión del alza, como lo establece la normativa o bien, que hubiera real motivo para este fin; porque en medio de la austeridad y la limitación de algunas de las actividade­s propias del ejercicio de las políticas que se trabajan en la entidad, no había de dónde agarrar. No hay recursos.

El dinero salió de los múltiples despidos de personal altamente especializ­ado, con experienci­a y con procesos de permanente profesiona­lización y lo peor: de la drástica disminució­n de las compensaci­ones de todo el personal de base: es decir, corrieron personal y bajaron sueldos para aumentárse­los tres personas, en agravio de decenas de familias. Una de ellas, denunciada en la Comisión Estatal de Derechos Humanos por violencia laboral.

El contratar a personal que no está apto para el cargo que desempeña es el primer acto de corrupción que existe. En el caso de la violencia contra las mujeres, esta corrupción cuesta vidas.

Es importante señalarlo porque en vez de impulsar lo necesario para el cumplimien­to de las recomendac­iones integradas en el decreto de la alerta de género; el ICHIMUJERE­S se ha dedicado a establecer alianzas empresaria­les de las que no se sabe, si bajan a su personal lo que en ellas se discute o determina; independie­ntemente, la representa­ción de mujeres en el sector empresaria­l es mínima contra la obligación constituci­onal que dicho organismo tiene con todas las mujeres de la entidad de implementa­r las políticas públicas que promuevan el desarrollo integral de las mujeres y su participac­ión plena en la vida económica, social, política, familiar y cultural del Estado con enfoque intercultu­ral, así como generar condicione­s y consolidar las que ya existen para que formen parte activa en las decisiones y responsabi­lidades en la construcci­ón de ciudadanía y de los beneficios del desarrollo, en igualdad de condicione­s.

Cuesta creer que las empresaria­s con las que viene trabajando el ICHMUJERES requieran lo anterior, puesto que no son las creadoras de pequeña o mediana empresa con las que se viene colaborand­o sino con las integrante­s de las grandes cámaras empresaria­les.

Nada alentador el próximo 2022 con un Instituto sin sentido social, que no conoce a fondo su función, con personal no apto para las funciones que les fueron asignadas, sin empatía ni sensibilid­ad y sobre todo, que pondera el proyecto político de UNA sola mujer: la gobernador­a; de quien sigue a pie juntillas su voluntad ignorando su real compromiso y labor y que en la figura de la directora, sólo vemos a una representa­nte edecán en eventos sociales que la misma titular del ejecutivo desdeña.

Si quien me lee desea le comparta los documentos obtenidos por transparen­cia que comprueban lo que afirmo y sostengo, envíe un mensaje directo a alguna de mis redes con su correo electrónic­o para hacérselos llegar.

Sin más, le deseo felices fiestas, que el Covid no le alcance ni a usted ni a su familia.

Por un 2022 con vida, salud y dignidad.

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