Adicciones
En México, el consumo de metanfetaminas se triplicó en los últimos 10 años, siendo niños, adolescentes y jóvenes la población más vulnerable; datos oficiales revelan que el 35% de los usuarios de Centros de Integración Juvenil ya son adictos a estas sustancias. Cifras señalan que 2.3 millones de menores son adictos a las drogas y alcohol, lamentablemente la cuenta no parece tener fin; hasta hoy, los gobiernos no han frenado el gravísimo problema de las adicciones, que se filtra como la humedad, no reconoce fronteras, razas, estatus económico, cultural, académico y religioso. El consumo aviva la inseguridad y la violencia, la lucha entre las bandas del crimen organizado se aviva por mantener y/o extender su mercado.
Datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016, la edad más proclive para iniciar el consumo de alcohol es a los12 años; 13 para los inhalables; 13.1 años para el tabaco; 14.2 años para la cocaína; 14.3 años para la mariguana; y 14.55 años para las metanfetaminas. Habrá casos donde puede variar el inicio del consumo, como en Chihuahua, donde niños de 8 años experimentan el consumo. Dicho informe revela que la mayoría de los niños y adolescentes que fueron iniciados en las drogas lo hicieron por medio de brownies, muffins, hotcakes, paletas de dulce y palitos de chocolate alterados con cocaína o mariguana.
Esta estimulación temprana cerebral en los niños altera en la parte anterior de los lóbulos frontales, justo en la corteza o córtex prefrontal, la toma de decisiones por inmadurez fisiológica, ya que de manera natural madura a los 21 años. Esto lleva a los niños a tener una conducta inadecuada a temprana edad y tiene como resultado una adicción precoz, sobre estimulada por el consumo, así como un deterioro biológico, neuroquímico y orgánico; se adentran también en un sistema de tolerancia, que es la necesidad de mayor consumo a ritmo indiscriminado para lograr el mismo efecto, y pueden llegar a desarrollar un síndrome de abstinencia, con características como ansiedad, depresión, temblores e irritabilidad.
Repercute en la reducción de actividades sociales, escolares y recreativas, e incluso puede detonar conductas sociopáticas, como robos o violencia, para adquirir las sustancias. Este documento, pone en letras rojas, alarma el aumento en el consumo de hasta un 47% en los niños durante los últimos 7 años (2011 al 2018), aunado a que, a nivel mundial la venta de sustancias ilegales se ha incrementado vía internet de 200% a 400%. En los niños existe la inducción a las sustancias por parte de personas mayores, ya sea a través de acoso, violencia o por presión de círculos externos de consumo, incluyendo la familiar.
En la gran mayoría de los casos, las familias suelen ser grupos disfuncionales, como consecuencia de la separación de cónyuges, la muerte de algún miembro, problemas de comunicación, mensajes contradictorios de autoridades violentas intrafamiliares, roles poco afectivos o, por el contrario, por sobreprotección o maltrato. Entre las causas sociales, destaca los movimientos migratorios, el hacinamiento, el fácil acceso a drogas psicoactivas y la limitada responsabilidad de acompañamiento de padres en la formación y la educación de los hijos.
En la presentación del Programa Nacional de Prevención a las Adicciones, así como en el XX Congreso Internacional: 50 Años de Atención y Prevención de las Adicciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se utilizará “toda la fuerza del Estado” para combatir las adicciones, por la vía de la atención, información y prevención, sin medidas coercitivas o sólo pensando en la prohibición o legalización de sustancias, en este punto hizo referencia a los jóvenes, a quienes les dijo que hay alternativas más allá de ser “halcón” del crimen.
Anunció la intención de detener el aumento de la adicción a las drogas con programas de prevención, apoyo a las familias, aumento de presupuesto, continuar con las becas a los jóvenes y el programa de empleo temporal, dijo: “Es reversible, vamos a poder detener el incremento al consumo y reducir el consumo… Les puedo decir que, para nosotros, para el actual gobierno, esto es un asunto prioritario, está en nuestras prioridades, es algo que nos preocupa y que nos ocupa en estos tiempos”.
Hugo López-gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, destacó que la adicción ha causado múltiples problemas de violencia y accidentes con lesiones graves entre los jóvenes a causa de los accidentes o las distintas lesiones relacionadas con el tráfico, advirtió: “en conjunto, son la primera causa de muerte en los jóvenes, ya sea de manera directa en las lesiones o con los otros fenómenos indirectos que han logrado disminuir la esperanza de vida en nuestro país”.
Roberto Tapia Conyer, médico epidemiólogo, especialista en políticas de salud, maestro por la Universidad de Harvard y doctor con honores en Ciencias de la Salud por la UNAM, indicó que de acuerdo con la información que tienen cada semestre de todos los Centros de Integración Juvenil, se registra el aumento al consumo de mariguana de un 73 a un 86%. Como hemos dicho, esta droga blanda abre la puerta al consumo de drogas duras. Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública, señaló que ha aumentado el consumo de la droga sintética fentanilo, que es 100 veces más tóxica que la morfina y 50 veces más que la heroína. Estados Unidos y México han puesto la alarma para frenar el tráfico y consumo, que según dependencias oficiales binacionales alegan que México es quien la distribuye.
El fentanilo según expertos, es una droga que puede conducir a la muerte, debido a que es hasta 100 veces más potente que la morfina y causa alta adicción. De acuerdo con la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), es un potente fármaco opioide sintético que se usa como analgésico y anestésico, con el fin de minimizar el dolor. En su uso medicinal, el fentanilo es recetado para el tratamiento de dolor en pacientes con cáncer.
Ilegalmente, esta droga se puede inyectar, inhalar, fumar, tomar por vía oral píldora o tableta, y con púas sobre papel secante. El consumo puede provocar estupor, cambios en el tamaño de las pupilas, frío y piel húmeda, cianosis, coma e insuficiencia respiratoria conduciendo a la muerte. Según la BBC de Londres, China es la fuente global de esta sustancia , ya que sus industrias farmacéuticas y químicas están pobremente reguladas y monitoreadas.
La epidemia de muertes por el Fentanilo en Estados Unidos y Canadá, aunado a la venta de esta sustancia, despertó según publicaciones periodísticas la preocupación del Gobierno de México, que teme que el fenómeno llegue al país. Desde 2016, el fentanilo, una sustancia opioide sintética producida en laboratorios, reemplazó a la heroína como la principal droga culpable de las muertes por sobredosis en Estados Unidos, datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud estadounidense, la droga estuvo involucrada en casi el 29% de las 63,632 muertes por sobredosis. En 2017, las muertes siguieron incrementándose hasta llegar a 72 mil, durante el mismo año, casi 4 mil perdieron la vida en Canadá por sobredosis de opiáceos, 7 de cada 10 de ellos a manos del fentanilo, popularizado por ser el responsable de la muerte del músico estadounidense Prince, tres años atrás.
Por el bien de las nuevas generaciones, sus familias y el entorno social, que los dichos de la 4T sean realidades que frenen el consumo desmedido de drogas y alcohol; el estado mexicano, IP, medios de comunicación y sociedad deben asumir su responsabilidad en el tema, basta contabilizar las tienditas en barrios, fraccionamientos y rancherías del país para visualizar la gravedad del problema. Esperemos que el anuncio oficial de otorgar mayores recursos para la prevención, programas y estrategias; así como atacar el tsunami del desempleo, corrupción, pobreza, marginación, discriminación, empleos mal pagados, adicciones, feminicidios y transgresión a los derechos humanos sean una realidad. Por un México sano y pensante, sumemos voces.
Les puedo decir que, para nosotros, para el actual gobierno, esto es un asunto prioritario”