El desgaste político de Gobierno del Estado y las elecciones en Sinaloa
jo en el relevo de políticos que habían sido elegidos democráticamente por la ciudadanía.
La designación del ahijado. Frente a la destitución del presidente municipal de Culiacán, está la designación de Juan de Dios Gámez Mendívil, ahijado del gobernador. Aquí el problema no sólo es su ausencia de militancia política de izquierda, su falta de trayectoria política o su falta de experiencia en cargos de elección popular de ese nivel de responsabilidad, sino que se trata de alguien que tiene un vínculo familiar con el titular del Ejecutivo Estatal. Por más controversial que pudiera ser la figura de Estrada Ferreiro, él fue elegido democráticamente, y eso debería tener un peso. No hubo defensa ni respeto por la voluntad popular. Ahora el exalcalde sustituto se presenta a la contienda electoral.
Los desencuentros con la UAS. El oficio político no ha sido la marca de este gobierno. Impulsado por una visión más autoritaria que democrática, se ha utilizado el cambio legislativo y los procesos legales, como el instrumento de negociación e imposición. Desde fuera, pareciera que, si el gobierno no logra sus metas e intereses, no hay mayor espacio para la negociación, porque rápidamente se pasa a la imposición. La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), ha sido un espacio de desencuentro entre las fuerzas del gobierno del Estado, y el otrora, aliado político Cuén Ojeda. El problema es que su disputa ya no se quedó en los límites de la confrontación entre dos fuerzas políticas, sino que pasó a la confrontación de toda una comunidad universitaria. Un yerro que no es menor cuando vienen unas elecciones en puerta. Sin opciones de negociación, la autonomía universitaria se litiga en tribunales y cambios legislativos, mientras los universitarios salen a las calles.
Los desencuentros con los productores agrícolas. En un estado eminentemente agrícola, los desafíos del gobierno del Estado no son pequeños cuando se trata de apoyar a los productores y mantener precios competitivos. En este punto, el gobierno del Estado ha hecho un esfuerzo importante por comprar a precios de garantía. Pero eso no ha evitado sus constantes roces y desencuentros con productores y empresas agrícolas, que han manifestado abiertamente, su descontento por la manera cómo se ha estado manejando el problema y los desafíos agrícolas. Otra vez la falta de oficio político se ha evidenciado.
El reciclaje político. Los militantes tradicionales de izquierda en Sinaloa no sólo han tenido que ver la poca representación de sus liderazgos en la conformación del gabinete del gobierno estatal, sino que han tenido que soportar, como políticos que apenas hace tres años eran sus adversarios políticos, ahora son ingresados al movimiento político de izquierda, de mano del propio Gobernador del Estado. Un desplazamiento grave de los liderazgos, que tendrá su costo político. Sin necesidad de adherirse, ni defender públicamente los valores, principios y causas de la izquierda, diferentes políticos de fuerzas opositoras al proyecto de Morena fueron ingresados a las filas de su movimiento, desplazando a los que ya estaban ahí, y ocupando liderazgos que no representan a la izquierda. Evidentemente, es sólo una mirada sobre esas decisiones políticas. La política siempre es un fenómeno situado, en un momento y lugar determinado. Y las condiciones en las que llega Morena de Sinaloa, son muy diferentes a las que llevaron a Rubén Rocha Moya al Gobierno del Estado. Por lo que la elección a la Presidencia de la República en Sinaloa podría tener un voto dividido entre los candidatos que postula Morena Sinaloa y la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum.