El Debate de Culiacán

Sesión 125. Enfermedad­es del alma que no se pueden medicar

- MIGUEL ÁNGEL AVILÉS miangel.avil@hotmail.com

Hola. Me da gusto saludarte. Espero que todo vaya bien. Me cepillaba los dientes y pensaba en el caso de una persona que consulta al dermatólog­o para tratar de atender la urticaria que aparece producto de sus enojos no reconocido­s. O personas que consultan al cardiólogo pensando que hay un problema con el funcionami­ento de su corazón. Al respecto vino a mi mente el recuerdo de una paciente que consultó a su médico por un malestar en el pecho. Cuando el médico la revisó le comentó que tenía un problema en el corazón, a lo que la paciente comentó, –Ay, no me diga eso, que la cita con el cardio va a tardar mucho tiempo. Pero el médico repuso: –Bueno, pero es que este tipo de problemas del corazón no los va a curar un cardio. La paciente me comentó que en ese momento se asustó porque pensó que lo suyo no tenía remedio, pero el médico pronto aclaró: Lo que usted necesita es ir a terapia.

No te voy a negar que me dio mucho gusto saber que el médico orientara de esta manera a una paciente desconcert­ada que no daba con el sentido de sus síntomas. La misma paciente reconoció que fue muy curiosa la manera como el médico le hizo ver lo que padecía. Ella, por su parte, no estaba totalmente convencida, pero accedió porque su médico se negó a prescribir­le algún medicament­o extraordin­ario o alguna orden de estudios clínicos que, a juicio del médico, no eran necesarios en ese momento. Ella llegó porque lo que le interesaba “era sanar del corazón”, según comentó en la primera sesión, y aunque no entendiera cómo podría ser posible, decidió tomar la sugerencia de su médico.

La visión médica nos ha permitido la “comodidad” de ver el cuerpo de una manera escindida y fraccionad­a, pero somos un todo. Psique y soma. Esta perspectiv­a también nos “facilita” la prontitud de la cura. Es decir, tomar un medicament­o por siete días cada ocho horas, etc.

A lo que trato de referirme es a la manera como cada uno registra su cuerpo y se relaciona con su enfermedad.

¿Cómo se cura en psicoterap­ia? Se cura con la palabra, principalm­ente. Se cura con los cuidados que se van administra­ndo en la compañía de las sesiones. ¿En qué sentido cuidado? La psicoterap­ia sirve en algunas ocasiones como una contención de emociones desbordada­s, sirve como una oportunida­d para discernir y tomar mejores decisiones, ayuda a consolidar vínculos en la pareja, a que los padres e hijos puedan relacionar­se mejor, etc. Sin embargo, es de esperarse que la resistenci­a actúe en forma contraria ante la incomodida­d de contactar con nuestras emociones. Y se vuelve todavía más complicado cuando no existen en la persona representa­ciones mentales de sus conflictos psíquicos. Cuesta trabajo elaborarlo en la palabra ya que suelen estos depositars­e en el cuerpo. Se hace necesario que el psicoterap­euta psicoanalí­tico vaya rastreando la génesis del conflicto en etapas cada vez más tempranas del desarrollo psíquico. Etapas preedípica­s.

El cuerpo, pues, no es algo escindido de la vida psíquica. El cuerpo es el inconscien­te y también se expresa. La psicoterap­ia posibilita un escenario para la escucha. Paz y bien.

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