Gana mexicano Premio Anagrama de Ensayo
Enrique Díaz Álvarez ganó el 49 Premio Anagrama de Ensayo por su libro `La palabra que aparece', donde profundiza en la narración de los desastres de la guerra
El escritor y profesor mexicano Enrique Díaz Álvarez ganó este lunes la 49 edición del Premio Anagrama de Ensayo, dotado con 9 mil 300 dólares, con la obra La palabra que aparece. El testimonio como acto de supervivencia, un libro sobre la violencia y la palabra.
Ensayo lúcido
Del total de 150 originales recibidos, procedentes de quince países, la obra de Díaz Álvarez llegó a la final de este premio junto con otras siete.
Ha quedado finalista del galardón la obra Una filosofía del miedo, de Bernat Castany Prado, según lo decidió un jurado formado por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y la editora Silvia Sesé.
Antes de dar la palabra a Díaz Álvarez, que residió unos años en Barcelona, donde nació su hija, tanto Silvia Sesé como Daniel Rico han coincidido en que se trata de un “ensayo lúcido y necesario” con el que su autor quiere “evitar la normalización de la violencia y poner rostro a las víctimas”.
El escritor, que en 2015 publicó El traslado. Narrativas contra la idiotez y la barbarie, ha mostrado su felicidad por haber sido distinguido con el Anagrama de ensayo al haberse formado como lector con títulos de esta editorial y autores como ≋urt Vonnegut, Roberto Bolaño, Raymond Carver, Enrique Vila-matas o Ryszard ≋apuscinski. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Díaz Álvarez dijo estar interesado desde siempre por “la palabra de los vencidos, por la voz omitida”, en la creencia de que “el último recurso para muchos es que la palabra cuente”.
Ver ambas caras
El ensayo profundiza en la narración de los desastres de la guerra, deteniéndose en episodios cruentos, desde la guerra de Troya, a la conquista de México, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, con Hiroshima y el Holocausto, aunque tampoco obvia la llamada guerra contra el narco en su país, donde desde 2006 ha habido unos 250 mil asesinatos, hay 60 mil desaparecidos y unos 350 mil desplazados internos. “Quiero con el libro -precisóencarar la violencia, hacer frente a ese problema y ponerle rostro, darle un lugar a las víctimas, acompañar su testimonio, visibilizarlos, porque solo tienen su palabra, es su último recurso”. A su juicio, el testimonio, es por tanto, “una forma de acción, de pedir justicia y verdad”. A la vez, defendió que la guerra siempre hay que contarla desde dos perspectivas diferentes y, “a partir de la lección homérica, hoy en México hay que conocer para aproximarse a lo que ocurre, a la versión de los sicarios, chicos habitualmente muy jóvenes, que mueren jóvenes, lo que ocurre siempre en las guerras”. “Tratar de aproximarnos a los perpetuadores -aseveróes intentar comprender el fenómeno. Lo veo como una lección de imparcialidad homérica radical, es intentar acercarse y escuchar y ver lo que tienen que decir los victimarios. Es parte del proceso que hacemos en México para comprender dónde estamos metidos”.
Muy interesado por el periodismo narrativo, ha subrayado que hoy en su país “las cosas más potentes las escriben periodistas, muchos de ellos mujeres y, si son perseguidos, es porque lo que escriben importa”.