Desenmascara a la Colonia
El museo Thyssen hace una lectura nueva de sus obras
MADRID (EFE).— El Museo Thyssen-Bornemisza hace un “necesario examen de conciencia” para su transformación crítica, que pasa por una relectura de sus colecciones desde el punto de vista de la descolonización.
El director de la galería, Guillermo Solana, advirtió que esto no es un “sinónimo automático de restitución”.
“La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza” es el título de la muestra que pone de relieve las consecuencias del colonialismo y su presencia en el arte occidental a través de imágenes idílicas que enmascaran la desigualdad y los actos de violencia.
La exposición “no tiene que ver con ninguna coyuntura política actual” sino que “viene de muy lejos”, recalcó Solana en la presentación.
Así aludió al debate que surgió a principios de este año cuando el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun, dijo que era necesario superar en los museos estatales “un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas”.
“Llevo 19 años en el Thyssen y nunca he recibido instrucciones, sugerencias o indicaciones directas o indirectas de un miembro del gobierno”, aseguró Solana, para quien el debate sobre la descolonización de los museos “viene de muy lejos”.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 20 de octubre, reúne 58 obras.
A través de seis apartados temáticos el Thyssen relee su acervo a partir de cuestiones fundamentales sobre la descolonización: el extractivismo y la apropiación, la construcción racial del otro, la esclavitud y la dominación colonial, la evasión a sitios idílicos, el cuerpo y la sexualidad, y la resistencia.
De esta forma llama la atención sobre la presencia de africanos en Madrid en el siglo XVII con un cuadro de Jan van Kessell III y de la explotación de recursos naturales y el abuso del trabajo humano durante el sistema colonial en piezas de Paul Gauguin y Pablo Picasso.
También se analiza la “jerarquización racial del otro” y el “racismo científico” en el que Europa se atribuyó la supremacía cultural, con obras de Eugène Delacroix y Karl Bodmer, y la visión idealizada de territorios nuevos y la sexualización de las mujeres no occidentales, en un cuadro de Otto Mueller.