Flores para un cronista
Velan en Quevedo a Jorge Álvarez. Ayer hubo misa
Los rostros están desencajados, las miradas tristes e incrédulas de la lacerante realidad. Los dolientes se van haciendo llegar y los arreglos florales se van sumando de a poco en la capilla ardiente número 3 de la Funeraria Quevedo, donde se estará dando el último adiós al maestro Jorge Humberto Álvarez Rendón, cuyo sensible fallecimiento ha dejado sin su más grande cronista a la ciudad de Mérida.
La repentina partida del estimado maestro Álvarez Rendón ha vestido de luto al arte, la cultura, la educación, el periodismo y a la memoria de Mérida y de Yucatán en general.
A lo largo de su prolifera carrera en el mundo de las letras, el maestro Álvarez Rendón fue un convencido de que educar y leer eran las bases de la formación de buenos ciudadanos y de una mejor sociedad.
Poseedor de una refinada narrativa, los pasajes de la Mérida cotidiana se tornan en cristianos relatos de abrazadera cercanía, presentados desde la perspectiva estética que siempre distinguió a Jorge Álvarez.
La vida transcurría ante los ojos de Jorge Humberto Álvarez Rendón y él la compartía en la fluidez de crónicas ricas en datos, detalles, anécdotas, lugares y personajes, hechos y situaciones que le daban un tinte magistral, exquisito y placentero a todo cuánto escribía.
La vida cultural y artística de Yucatán ya no será la misma en su ausencia física, el tintero de su genio aún tenía materia prima para seguir regalándonos páginas memorables.
Hoy el silencio, el pesar y la congoja rodean el féretro en el que descansa y hasta donde los presentes se acercan para despedirse no con un adiós, sino con un hasta pronto.
Anoche a las diez, el sacerdote Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis de Yucatán, ofició una misa de cuerpo presente en la funeraria Quevedo, donde es velado el cronista.
El cuerpo del ilustre maestro será incinerado y sus cenizas depositadas en una cripta del Centro Comunitario de Itzimná.—