No titubeó en su labor periodística
Elorriaga cubrió los Balcanes para medios españoles
MADRID (EFE).— Juan Fernández Elorriaga, el periodista español que cubrió los Balcanes durante las décadas más turbulentas para la Agencia EFE y otros medios hispanos y además fue el primer director del Instituto Cervantes en Belgrado, falleció el pasado viernes 7 a los 80 años de edad.
Uno de sus tres hijos, Marko, informó ayer de la muerte, acaecida en un pueblo de la provincia castellana de Segovia, cerca de Madrid, tras una larga enfermedad.
Elorriaga ganó en 1998, cuando era delegado de la agencia, el premio Cirilo Rodríguez, uno de los galardones más prestigiosos que se otorga en España a corresponsales internacionales de medios españoles.
Nacido en Bilbao y viajero por Europa desde muy joven, llegó a Yugoslavia en los años 60 del siglo pasado y se graduó en Sociología por la Universidad de Belgrado.
Allí se estableció, formó su familia y se convirtió en uno de los mayores expertos internacionales en el complejo mundo de la política balcánica, las guerras de desintegración de la antigua Yugoslavia y las repúblicas que emergieron de ella.
Empezó a escribir en medios españoles en la década de 1970 y cubrió para ellos la última etapa de gobierno y la muerte, ocurrida en Eslovenia, de Josip Broz Tito, artífice de la federación socialista yugoslava tras la II Guerra Mundial.
Tras desempeñar la corresponsalía de “El País”, Elorriaga trabajó un año con EFE en Belgrado y en 1987 se trasladó a Atenas para llevar desde allí la delegación de la agencia para los Balcanes.
Dos años después volvió a la capital serbia, convertida ya en el eje informativo de la crisis que desencadenaría más de una década de cruentos conflictos.
Cubrió también la caída de Nicolae Ceaucescu en Rumania, en 1989, y entrevistó a muchos de los gobernantes y generales que forjaron aquellos años de ira y violencia. Viajó con frecuencia por una de las regiones más convulsas y peligrosas del mundo y fue testigo en primera persona de episodios como el asedio de Sarajevo y los tres meses de bombardeos de la OTAN sobre la capital y otras ciudades serbias, que muchos periodistas occidentales abandonaron.