Diario de Yucatán

Finanzas personales ante la inflación

- FERNANDO OJEDA L L ANES ( * ) ————— (*) Doctor en investigac­ión científica. Consultor de empresas. ferojeda@ prodig y.net.mx

Las familias están sufriendo en estos momentos problemas en sus finanzas debido a la alta inflación. Hay quienes mencionan que fue más alta en la década de los 80 en que la inflación anual fue mayor de 90 por ciento, en realidad los números absolutos nos asustan pero si nos damos cuenta hay que ver los números relativos, en este mes nos encontramo­s casi en 9% anual y si lo relacionam­os con la meta establecid­a por el Banco de México de 3% nos encontramo­s al triple y el poder adquisitiv­o de nuestra moneda está muy deteriorad­o pues un salario mínimo diario de $173 no alcanza ni para comer dos veces al día.

Las finanzas de las personas dependen definitiva­mente de su ingreso que puede ser fijo o variable. Fijo es aquel quien percibe un salario y variable aquel que presta servicios cobrando a varios clientes, o cuotas variables en su trabajo.

En forma coloquial menciono: si la persona recibe un salario fijo pues no tiene posibilida­d de incrementa­r su ingreso si solo con ver que el kilo de tortillas cuesta $28, 4 huevos $20, un kilo de carne se adquiere en $140 ya estamos hablando de un desembolso mensual de $5,160, por tanto ni pensar en carme, entonces pensemos en un pollo al día por $170, tampoco y si la casa en que se vive renta $5,000, ya estamos hablando de un ingreso mínimo de cuando menos $10,000 al mes y sin tomar en cuenta que se requiere gastar en medicinas, transporte, agua, leche, y si se tienen dos hijos, ya las cuentas no me salen ni aunque sea buen Contador.

Al estar haciendo estas sencillas cuentas percibimos por qué hay tanta rotación de trabajo, un trabajador se sale de una empresa para buscar otra que le pague un poco más y ni así le salen sus cuentas, entonces ya no renta casa y se va a vivir con sus parientes o se convierte en paracaidis­ta buscando un terreno para poner su casa como de los tres cochinitos, perdón de los dos cochinitos porque el tercero su casa es de ladrillos y ni pensar en comprarla con un costo de millón y medio para no poder pagar la mensualida­d al banco de diez mil pesos mensuales.

Ahora entiendo también porque los de salario fijo buscan el variable saliéndose de su trabajo y poniendo una bicicleta para vender perros calientes o tacos de cochinita y si tienen suerte de tener un buen amigo o pariente que le preste poco dinero para poner un pequeño puesto para vender antojitos de cualquier tipo, lo que busca es tener más dinero.

Ahora comprendo por qué la economía informal continúa creciendo y nunca pagan impuestos, por lo tanto, que bueno para estos negocios que el SAT no los tome en cuenta y nada más sigan siendo una parte de la estadístic­a del sector económico.

Supongamos que de alguna forma el trabajador de ingresos variables soluciona su problema para cubrir al menos su alimentaci­ón, pero el caso es que esta inflación nada la detiene, cuando regrese al mercado pensando que ha superado sus cuentas para cubrir ese 8% del indicador financiero y tranquilo, al adquirir sus verduras y cebollas, se lleva el susto de su vida por ver que el porcentaje de incremento es del 20%, la sorpresa es porque nuestro amigo no comprende que el indicador de nueve por ciento se determina por promedio, un conjunto de menores y mayores precios del indicador citado.

Ante este panorama qué hacer, al menos conocer su inflación propia investigan­do el alza de los productos que consume y a lo mejor es de 18 por ciento o 14 y se saca la lotería si es de 7. Que impuesto tan alto el que se está pagando por la inflación sin que se encuentre registrado en la ley del impuesto sobre la renta.

Las familias se dicen así mismas si la productivi­dad es la solución, no lo entiendo porque soy productivo, trabajo quince horas al día y rebaso mi cuota de trabajo, si debo ser ahorrador y no me sobra ni un quinto, ni me alcanza para comprar un dulce de chocolate.

Este es el gran problema de la inflación y el Banco de México no encuentra la solución aunque duplique las actuales y altísimas tasas de interés.

Hace falta producción, mucha producción, de alimentos básicos, de productos agrícolas, de empresas que proporcion­en buenos sueldos y den protección de salud a sus trabajador­es, de empresas que tomen como responsabi­lidad social que la familia de sus trabajador­es pueda comer al menos regular y tener salud, si esto se hace con solidarida­d, no solo bajará la inflación sino que ya se podrá pensar en el ahorro, pero este es otro boleto a comentar posteriorm­ente.— Mérida, Yucatán.

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