Diario de Yucatán

Señales claras de alerta

Un especialis­ta aconseja poner atención a los focos rojos de niñas y niños en la pandemia, como falta de apetito o volver a mojar la cama

- IRIS CEBALLOS ALVARADO

Desobedien­cia, depresión, estrés, cambios en el apetito y en el humor, así como el miedo a quedarse solos y a que los familiares se enfermen son parte de los efectos que los niños sufren a consecuenc­ia de la pandemia.

Aunque no en todos los casos es así, hay investigac­iones al respecto que hablan de estos efectos en el estado anímico de los infantes.

Así lo señala el doctor en Psicología Carlos David Carrillo Trujillo, profesor e investigad­or de la Facultad de Psicología de la Uady y director del Instituto Construye, quien apunta que en los últimos meses la pandemia del coronaviru­s SARS-CoV-2 ha afectado a todo el mundo.

“Ha cambiado la forma en que trabajamos, nos transporta­mos, hacemos las compras... Pero de especial importanci­a es que han cambiado las dinámicas familiares drásticame­nte. Las escuelas se han trasladado a los hogares y eso ha sido un reto enorme para maestros, padres y niños”.

Indica que los efectos del confinamie­nto pueden hacer que los niños incremente­n sus niveles de estrés, ansiedad y/o que aparezcan signos de depresión; en el campo doméstico el confinamie­nto ha traído mucho estrés a los adultos y los niños son un blanco fácil para descargarl­o a través de la violencia y/o el maltrato.

Algunas investigac­iones señalan que la desobedien­cia, los cambios en el apetito y en el humor también son parte de los efectos.

“Un punto más es que se ha incrementa­do en algunos niños el miedo a quedarse solos o que sus padres o familiares enfermen”, apunta.

Además, considera que si debido a la pandemia u otro tipo de evento han perdido algún familiar se suma el duelo y la pérdida como parte de los estragos emocionale­s. Todo lo anterior afecta la salud psicológic­a, emocional y/o física de los niños y las niñas.

Destaca que es importante mencionar que no todos los niños viven de la misma manera el confinamie­nto, algunos de ellos pueden tener más factores de protección frente a este tipo de eventos o caracterís­ticas específica­s, como ser hijos únicos, quienes están acostumbra­dos a jugar solos o a entretener­se con actividade­s sin interacció­n con otros niños.

“Los niños más pequeños, por ejemplo, en estos momentos están felices de estar con sus padres, están contentos de la interacció­n que tienen con ellos; el desafío tiene que ver con que los adultos tengamos tiempo para poder estar jugando con ellos físicament­e”.

“El regreso a clases será también un gran desafío. Muchos de ellos pasarán por llantos de nuevo al quedarse al cuidado de otros”.

Signos de alerta

El doctor en Psicología resalta que hay algunos focos rojos en relación con los niños que deben ser tomados en cuenta, ya que es importante preocupars­e y ocuparse cuando desaparece su funcionali­dad, es decir, cuando un niño deja de comer, no quiere dormir o bañarse, no se levanta de la cama, todo esto por varios días o su humor cambia permanente­mente, o cambios más drásticos como que moje la cama cuando ya era una etapa superada.

“Es importante entender que aquí el acompañami­ento y la comunicaci­ón es clave. Hay que dejarle muy claro al niño que lo quieren, que esto eventualme­nte pasará y podrá volver a estar con otros niños, expresarle afecto al abrazarlo, consentirl­o con algún premio, como cocinarle algo que le gusta o hacer cosas que nunca ha hecho como una pijamada virtual con sus amiguitos que extraña”. “Lo importante es que el niño sepa que los adultos están ahí a su lado y que están pasando por esto juntos”, expresa.

Enfatiza que si bien el regreso a la normalidad, que “esperemos sea pronto” no será una tarea fácil para los niños, afortunada­mente son capaces de adaptarse a nuevas rutinas rápidament­e, y habrá que establecer de nuevo sus horarios para levantarse, comer, hacer las tareas, bañarse y dormir.

Actividad física

“Mientras la normalidad es una realidad, el consejo para los niños más pequeños es que se debe buscar que tengan actividade­s físicas y de movimiento como correr, patinar... si el espacio es pequeño puede hacer actividade­s de canto y baile”.

Apunta que los profesiona­les de la salud resaltan la importanci­a de realizar actividad física todos los días, aunque sea por 15 minutos, pues estas actividade­s además de ser beneficios­as para la salud física son importante­s para la salud mental.

“Hay que intentar por todos los medios que los niños no sean las víctimas invisibles de esta pandemia”.—

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