Yucatán va bien, pero no basta
El estado aún es la economía 22 en la tabla nacional
En 2018 Yucatán ligó su quinto año con tasas de crecimiento por encima de la media nacional y se instaló en el grupo de los estados con mayor dinamismo económico.
Sin embargo, advierte el más reciente informe del Centro para la Competitividad (CCY), estas tasas no le han merecido un ascenso en la clasificación general del país, en la que sigue estancado en el lugar 22, un sitio poco relevante.
“Si comparamos la riqueza creada en pesos constantes dentro del contexto nacional, Yucatán está de media tabla para abajo, lo mismo en la economía en su conjunto que en los tres sectores: campo, industria y servicios”.
“Crecer es importante, pero la variable de la participación de mercado es mucho más estratégica. Ese el nombre del juego: participación de mercado
La economía de Yucatán mantiene la sana costumbre de crecer con más fuerza que la del resto del país: en 2018 su Producto Interno Bruto se incrementó 3.6%, el quinto mejor de las 32 entidades federativas y muy por encima del 2% del promedio nacional.
Ya con la información actualizada, es posible saber que en toda la gestión de Rolando Zapata Bello la economía local logró un avance del 3.2%, un 0.9% más que la media del país en el mismo lapso.
En su más reciente informe, el Centro para la Competitividad de Yucatán (CCY) valora el dinamismo sostenido de la actividad económica estatal en los años recientes, aunque puntualiza que, una vez conseguido el objetivo de entrar en el grupo de las entidades punteras, es necesario sostenerse y dar el salto. “El nuevo desafío se llama participación de mercado”, dice Amenoffis Acosta Ríos.
El director del centro de análisis de la Coparmex comenta que en industrias muy competitivas, como la cervecera, el incremento de las ventas es importante, pero el dato de la participación de mercado tiene especial relevancia.
“Mis ventas pudieron haber aumentado 10% respecto al año anterior, pero si el mercado se expandió 20%, lo que pasó en realidad es que mi porción de pastel se redujo, lo que en el largo plazo me puede llevar a una situación difícil”, explica.
Crecer claro que es importante, pero la variable de la participación de mercado es mucho más estratégica... “Ese es el nombre del juego”, insiste.
En el mismo lugar
Ya son cinco años seguidos en que la economía rinde buenas cuentas y el Estado ya está en el “top 5” de los de mayor crecimiento. Sin embargo, indica el informe, si se compara la riqueza creada en pesos constantes dentro del contexto nacional, Yucatán sigue estancado entre los lugares 20-22 de la tabla de 32 estados del país, lo mismo si se trata de la economía en su conjunto, que la del campo, de la industria o de los servicios.
Al crecer 3.6%, el PIB total yucateco pasó de $249,614 millones a $258,600, un incremento de $8,986 millones en un año. “Ahora bien, cabe preguntarse: ese ¿3.6% es mucho o es poco?, como porcentaje contra el resto del país por supuesto que es notable, pero crecer a esas tasas no nos ha servido para ascender en la clasificación general”, dice Ríos Acosta.
Lo que hay que reconocer, continúa, es que la diferencia con los que están inmediatamente arriba se ha reducido, lo que lleva a pensar que si Yucatán logra sostener el ritmo más años logrará ascender poco a poco, “pero el hecho hoy es que los porcentajes de crecimiento no dan para moverse de lugar”. La clave es la consistencia, continúa. Aguascalientes, Quintana Roo, Jalisco, Nuevo León han registrado un crecimiento sostenido en los últimos 10 años. “Yucatán ha estado bien recientemente y ya se metió al club de los mejores, ahora tiene que hacer todo por quedarse ahí de forma permanente”. Por sectores, el primario logró subir un lugar en el listado nacional, del 21 al 20, gracias a que engordó 3.7% contra el 2.3% del país. “Por poquito, pero ya desplazamos a Querétaro y nos acercamos a Hidalgo. Despacito, pero ahí la llevamos”. El valor de las actividades primarias asciende a $9,599 millones y su participación en el PIB total del Estado es de 3.7%. “A este sector la gente no lo voltea a ver porque contribuye poco al PIB, pero es muy importante cuando se habla ya no sólo de economía, sino de temas como justicia y desarrollo social”.
También avanzó el sector secundario, que registró un alza del 2.6%, del lugar 21 al 20. “Es aquí donde comienza a ser más fuerte la necesidad de ir por más participación de mercado. Es un gran pastel de $5.4 billones y queremos una rebanada más grande”.
Otro detalle a considerar, señala Amenoffis, es que en este sector “seguiremos viendo que nuestros números se mueven bien porque nuestra base es pequeña. La actividad industrial de Yucatán asciende a $70,000 millones, la de Jalisco es cinco veces mayor. De estados que pueden servir de parámetro, como Aguascalientes, que tiene $94,000 millones, no estamos tan lejos. La meta es que la base local comience a contrastarse con esas cifras... Cuando lleguemos a $100,000 millones ya estaremos en las Grandes Ligas”.
O sea, lo que queremos es un pedazo más grande del pastel, más participación de mercado.
A nivel país el crecimiento del sector industrial registró una desaceleración importante en los últimos dos años. En Yucatán ha sido diferente: 2016 fue espectacular y, aunque perdió un poco de gas en 2017 y 2018, los números aún son positivos. “Hay que leer el fenómeno de dos formas: cómo nos arrastra el país y cómo podemos crecer pese al contexto nacional desfavorable. Ojalá pudiéramos mantener ese 2.6% este año e incluso irnos para arriba”.
La construcción, uno de los dos grandes rubros del sector secundario, tiene un valor de $28,400 millones. “El boom observado en esta industria en los últimos años no se está reflejando en el valor de su producción, que en 2013 representaba 42.8% del PIB industrial estatal y en 2018 representó 40.8%, es decir, disminuyó dos puntos porcentuales”.
La participación de la construcción en el PIB estatal fue en 2013 de 10.8% y en 2018 de 11.0%, es decir, prácticamente la misma. La explicación podría ser que hay una gran parte del valor de la producción de este sector que opera en la economía informal.
La manufactura, el otro gran componente del sector secundario, sí muestra avances importantes, ya que en 2013 representaba 45.8% del PIB industrial y en 2018 el 50%. En relación con el PIB estatal participaba en 2013 con 11.6% y en 2018 con el 13.5%.
Sector clave
Con el sector terciario, el que mayor peso tiene en el PIB estatal, pasa lo mismo: creció 4%, pero siguió estancado en el lugar 21 nacional. “Ésta es una de las razones por las que Yucatán no logra avanzar. Aunque los otros dos sectores suban, si éste no se mueve, el Estado tampoco”.
Los líderes en el sector servicios son Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León y Jalisco, que es donde se asientan los grandes corporativos, comenta el director del CCC, “por eso el interés en que las grandes empresas instalen su sede en Yucatán”.
El Comercio, actividad clave para la economía yucateca, disminuyó su participación en el PIB terciario, pasando de 33.1% en 2013 a 32.7% en 2018. Y en el PIB estatal también perdió peso, al pasar de 23.4% en 2013 a 22.7% en 2018.
Actividades prioritarias
Manufactura, construcción y comercio representaron en 2018 cerca de la mitad del valor total de la producción de Yucatán. “La cuestión en el sector terciario es que —a diferencia del industrial, que cuando exporta trae dinero de fuera— hace circular el dinero, pero no genera tanta riqueza, salvo las empresas que exportan servicios, que son muy pocas”, comenta. Y en este punto Acosta hace una dolorosa observación sobre la falta de reconocimiento y apoyo a empresas de la Península que aunque son líderes afuera —venden el 90% de sus servicios en el resto del país y el extranjero—, aquí las autoridades ni las voltean a ver. Y pone como ejemplo a Axis, empresa local que se dedica al rescate de playas, con obras en Colombia, Perú, Veracruz..., pero que en Yucatán no es tomada en cuenta. “Queremos hacer crecer nuestro sector terciario, pero no hacemos fuertes a nuestros jugadores clave”.
Axis, prosigue, va a tener una participación en el proyecto contra el sargazo en Cancún, pero subcontratada por la empresa holandesa que ganó el concurso.
“O sea, la empresa extranjera que gana la licitación reconoce que la mejor para ejecutar el trabajo es la yucateca, por lo que la contrata, pero ¿a dónde se van a ir las utilidades? A Holanda, por supuesto”.
Pese al reconocimiento de los extranjeros, la empresa local ni siquiera pudo participar en el concurso porque no fue invitada. Este es un tema importante”.—