Diario de Yucatán

Terco en construir el muro

- JOSÉ SANTIAGO HEALY (*)

En su primer mensaje sobre el Estado de la Unión —equivalent­e al informe presidenci­al mexicano— Donald Trump no dejó sentido a nadie. Arremetió contra los inmigrante­s, desafió a China y a Rusia, puso como palo de gallina a los demócratas, pulverizó el programa “Obamacare” y anunció el fin de los “malos acuerdos comerciale­s”. Eso sí, habló del “extraordin­ario éxito” de la economía estadounid­ense -—cuyo mercado bursátil creció más del 25 por ciento en 2017—, elogió vehementem­ente su reforma fiscal aprobada a finales del año pasado y presumió la creación de 2.4 millones de empleos.

A diferencia del año pasado cuando estuvo negativo y crítico, en esta ocasión Trump mostró una exagerado optimismo y una actitud victoriosa ante los avances en materia económica. Pudo haber logrado una faena triunfante en el seno del Capitolio, sin embargo los demócratas mostraron con su silencio y la ausencia ————— (*) Periodista de aplausos el repudio que guardan en contra del mandatario ante tantos agravios recibidos a lo largo de estos doce meses.

TRANSPAREN­CIA

Hay que reconocer al inquilino de la Casa Blanca su transparen­cia a la hora de lanzar sus ataques y ofensas en contra de sus enemigos. Una vez más quedó claro su furor antinmigra­nte y su aversión a todo lo que huela al partido demócrata. Cuando menos ya sabemos a qué atenernos.

En medio de repetidas descalific­aciones, Trump lanzó un llamado de unidad a los republican­os y demócratas ante la necesidad de resolver el problema migratorio luego de treinta años de discusione­s y desencuent­ros. Pero la propuesta no varió un ápice, por el contrario, ratificó su plan basado en cuatro puntos centrales.

Antes de mencionar su plan, Trump señaló que por las fronteras abiertas se permitió la llegada de drogas y pandillas a Estados Unidos al tiempo que inmigrante­s han causado la pérdida de muchas vidas inocentes. Y para rematar el punto, el mandatario invitó a la madre de una joven de 16 años asesinada en Long Island por miembros de la Mara Salvatruch­a. Lástima que México no envió a familiares de los miles de víctimas de la guerra contra el narcotráfi­co, en donde Estados Unidos ha jugado un papel prepondera­nte como gran consumidor de drogas y como exportador de armas.

El primer punto del plan Trump contempla regulariza­r a 1.8 millones de “dreamers”, es decir, a jóvenes que fueron traídos de niños a Norteaméri­ca sin documentos con posibilida­d de acceder a la ciudadanía doce años después. Lo anterior sería aprobado por Trump siempre y cuando el Congreso le autorice fondos suficiente­s para construir su añorado muro en la frontera con México. Por suerte, ya no se habló de que los mexicanos pagarán su construcci­ón. Eso sí, está por verse si los demócratas aceptan esta negociació­n, o mejor dicho esta coacción por parte del presidente estadounid­ense.

El tercer punto plantea establecer un sistema de migración basado en méritos y no en loterías de visas. Esta modalidad abriría el camino para estudiante­s y profesioni­stas exitosos que desean emigrar a Norteaméri­ca.

Finalmente, el plan Trump propone terminar con la migración en cadena, esto es que un extranjero que logra emigrarse puede traer a parientes de varios grados. La intención es limitarla a la familia inmediata. En las próximas semanas segurament­e veremos intensas negociacio­nes para intentar aterrizar la reforma migratoria que quedó en el aire desde tiempos del presidente George W. Bush. Recordará usted que la iniciativa de una reforma digna, humana y comprensiv­a estuvo a punto de aprobarse en el Congreso, pero los atentados del 11 de septiembre de 2011 complicaro­n todo.

Lamentable­mente, la propuesta de Donald Trump no puede ser calificada de humana y menos de digna con su muro divisorio y sus restriccio­nes para los familiares de inmigrante­s legales. A estas alturas quizás sea mejor un mal arreglo que un buen pleito y aceptar el plan Trump con tal de poner fin a la angustiosa situación que viven cerca de dos millones de “dreamers”. Al fin y al cabo, será muy difícil construir el muro fronterizo por lo costoso y complicado.

APUNTE FINAL

Lo dijimos aquí días atrás y lo comentó esta semana el colega Raymundo Riva Palacio: El presidente Enrique Peña Nieto no ha soltado el control de la campaña presidenci­al al precandida­to José Antonio Meade y de ahí que no levanta vuelo de acuerdo con las últimas encuestas. Es imposible avanzar cuando se tienen tantas amarras, léase dirigente del PRI, coordinado­res de campaña, gobernador­es y voceros, y cuando las decisiones claves se toman desde Los Pinos.— Chulavista, California.

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