Catón, un deleite para el alma
Ver y escuchar al licenciado Armando Fuentes Aguirre, Catón, es realmente una delicia, no solo para la vista o el oído, sino también para el alma. Sus conferencias están impregnadas de buen humor, de sabiduría, de conocimientos y de reflexión.
¿Quién no conoce a Catón? El mismo que nos acompaña diariamente con sus escritos en los mejores diarios de circulación en el país.
Y si leer su columna “De política y cosas peores” es un verdadero placer, escucharlo lo es aún más. Saber que Catón estará en cualquier ciudad, es un privilegio que nadie quiere perderse. Y eso sucede cada vez que don Armando se presenta en cualquier escenario a donde acude a ofrecer una conferencia.
Poseedor de grandes conocimientos, es un apasionado de la historia de nuestro país y al transmitir su amor por México hace que en sus lectores se despierte el interés por conocer más de esa historia aprendida en los libros de texto.
Considero que es una materia que hay que enseñar y transmitir a nuevas generaciones y que lamentablemente, pareciera que la red oficial ha enviado al olvido. Aunque es necesario ————— (*) Periodista conocer la historia contada en su justa dimensión, dándole el crédito a quienes actuaron dejando un beneficio al país. Mencionar sus yerros, sí, pero no pretender ocultar las bondades de su mandato, como ha sido el caso de don Porfirio Díaz.
Cada caso, sin duda, del juicio a personajes de la historia, merece un análisis objetivo sin tintes políticos. Porque si a juicios nos enfrentamos no creo que haya gobernantes que salgan bien librados.
De ningún color o ideología. De eso estoy segura. Y si no lo cree, hay que repasar los diferentes gobiernos que hemos tenido y nos daremos cuenta que la impunidad ha sido factor determinante para que la corrupción creciera a pasos agigantados.
En fin, no podemos borrar el pasado —bueno o malo— pero sí es importante buscar las coincidencias para encontrar un punto medio, que logre unirnos y no dividirnos más de lo que ya estamos.
Divididos y confrontados, todo por la ambición de poder de los diferentes actores políticos, donde más el amor a México brilla por su ausencia.
El ser humano se enfrenta diariamente a diversos acontecimientos; a veces no tan agradables. Una buena dosis de buen humor para iniciar el día permite dibujar una sonrisa en el rostro. ¡Qué maravilla! Seguramente Catón lo sabe y al iniciar sus escritos nos envía el mensaje alegre que permite que olvidemos —al menos por un momento— lo que nos preocupa.
Nos invita a la reflexión cuando en su “Mirador” nos hace enfocarnos en algo tan importante como es el regalo de la Creación del mundo y todas las maravillas que ella encierra.
Y si leer a Catón es un deleite, más lo es escucharlo.
Es un personaje fuera de serie, porque no solo nos comparte su sabiduría, sus amplísimos conocimientos, la alegría que transmite en sus mensajes, sus orientaciones acerca del estado que guarda la República, sino que nos ha brindado la oportunidad de conocer al gran ser humano que es al compartir recuerdos profesionales y personales.
Su presencia recientemente en el Taller de Historia para las Damas de Piedras Negras —del cual me honro en ser coordinadora—, para dictar su Conferencia Magistral, nos ha dejado una enseñanza y un gratísimo recuerdo.
Nuestro agradecimiento al contador Francisco Juaristi Santos y, por supuesto, a la familia Juaristi, por el apoyo recibido para la realización de un gran evento.
Y al licenciado Armando Fuentes Aguirre, el columnista más leído y admirado. Gracias y hasta pronto, porque sus mensajes fueron un regalo para el corazón, un deleite para el alma.— Piedras Negras, Coahuila