Promete un cierre “tenso”
La tercera entrega de “Maze Runner” llega a los cines
LONDRES (EFE).— “En el preestreno escuchaba a los fanáticos gritar de emoción y llorar, se quedaban sin aliento”, relata Kaya Scodelario, una de las protagonistas de “Maze Runner: The Death Cure”, en la presentación de la película en Londres.
La tercera entrega de esta historia marca el cierre de una saga de aventuras posapocalípticas que mantendrá a los espectadores “pegados a sus asientos” durante todos y cada uno de sus 142 minutos, según explica la intérprete de Teresa.
Con personas atravesando ventanas, rescates en helicóptero y muchos disparos, la película está “llena de aventura, emoción, tensión y, sobre todo, diversión”, resalta por su parte el director Wes Ball, quien se ha ocupado de esta trilogía desde el estreno de su primera entrega, en 2014.
Una película de “acción, en el mejor sentido de la palabra”, pero que va más allá, al tratar temas como la amistad y al poner en tela de juicio el sistema, apunta Kaya.
Esperado final
Cuatro años después del inicio, y tras recaudar más de 660 millones de dólares, según datos del portal Box Office Mojo, llega el fin de una historia de ciencia ficción que ha cautivado a millones de espectadores y está basada en las novelas homónimas de James Dashner.
Para Kaya Scodelario, trabajar en un proyecto basado en una novela tiene sus ventajas. “La presión es mayor cuando sabes que hay un grupo de seguidores con unas expectativas muy altas, pero también sabes que va a haber gente que quiera ir a ver algo a lo que estás dedicando tu tiempo”.
La tercera entrega enfrenta al grupo de jóvenes liderado por Thomas (Dylan O’Brien) y sus amigos Newt (Thomas Brodie-Sangster), Minho (Ki Hong Lee), Brenda (Rosa Salazar), Jorge (Giancarlo Esposito) y Frypan (Dexter Darden) directamente contra la empresa médica CRUEL, única capaz de desarrollar un antídoto contra una epidemia planetaria.
Mientras tanto, la traición de Teresa (Kaya), compañera del grupo y una persona muy especial para Thomas, pesa sobre los demás, que tendrán que evaluar sus propias emociones con la supervivencia de la humanidad.
Según O’Brien, como intérprete lo más difícil es “encontrar el equilibrio” entre representar al personaje desarrollado en las novelas y el proceso creativo que forma parte de la actuación.
“Cada proyecto nos ha hecho crecer, lo hemos hecho mayor y más complejo (...) para nosotros es una cuestión de ambición, de aprovechar cada oportunidad que se nos brinda y crear algo que, esperamos, sea del gusto de los fans”, dice Ball.
Un proyecto que ha sido una experiencia agridulce para todo el equipo, que se despide no sólo de la historia, sino también de la familia que han creado durante casi cinco años de trabajo.
La buena relación personal ha sido muy importante para los actores, ya que han pasado meses en un régimen duro de rodaje, rápido y lleno de coreografías muy técnicas. “La vida de actor da la oportunidad de viajar, visitar nuevos lugares y conocer a mucha gente; pero al mismo tiempo puede hacerte sentir muy solo, así que trabajar con un equipo que te transmite esa sensación de ‘casa’ es una experiencia increíble”, apunta O’Brien.