Colosio, truncado anhelo de un cambio
Pareciese que fue ayer, pero no. Este jueves 23 de marzo se conmemoraron los 23 años desde aquel 1994 en que todo México se cimbró enterado por radio y televisión del atentado que sufriera Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a presidente de la República en la marginada colonia Lomas Taurinas en Tijuana, Baja California.
La versión oficial mostró a un presunto Mario Aburto, hoy recluido en el penal federal de mediana seguridad en Tabasco, como autor intelectual y material quien a la distancia accionó el arma que con certera puntería le penetró la bala en la cabeza de Donaldo; sin embargo, lo acontecido en ese polvoriento lugar no cuadra para los auténticos versados en el análisis político quienes coinciden en que ese fue un crimen de Estado planeado ————— (*) Consultor y analista desde Los Pinos.
Un régimen autoritario de Carlos Salinas de Gortari y los intereses oscuros detrás de él quienes no le perdonaron el irreverente desafío que su eventual sucesor le hizo aquella mañana del domingo seis de marzo con un incendiario discurso pronunciado en el 65o. aniversario fundacional del PRI, ante una muchedumbre clientelar que colmó la plancha de la plaza del Monumento a la Revolución.
Colosio desobedeció a José María Córdova Montoya, cerebro ideológico del gobierno salinista quien le estructuró el mensaje que debió pronunciar. Sin embargo, éste dejó el legajo en la gaveta de su escritorio para llegar con el suyo con el que echó por tierra la falacia discursiva del desarrollo socioeconómico que le valió su sentencia de muerte.
“Yo veo un México de comunidades indígenas, que no p ueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso (…) Yo veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen (…) Yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan.
“Yo veo un México de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación. Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a la drogadicción (…) Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen.
“Yo veo un México de empresarios, de la pequeña y la mediana empresa, a veces desalentados por el burocratismo, por el mar de trámites, por la discrecionalidad en las autoridades (…) Yo veo un México de profesionistas que no encuentran los empleos que los ayuden a desarrollar sus aptitudes y sus destrezas”, enunció.
A la vuelta de estos 23 años transcurridos desde que el poder del estado determinó su sacrificio nada ha cambiado respecto de la visión crítica del Luis Donaldo. Por el contrario, hoy ese sombrío discurso avizoró se confirma con una sociedad sumida igual en la desgracia agravada con un incompetente presidente Enrique Peña Nieto, igual salido de su propio cuño partidista de quien el propio Salinas de Gortari, ese mismo de la utópica ‘Salinostroiska’, presumió ser su padrino.
En los hechos Colosio emitió un desesperado llamado de atención marginado de todo apoyo del régimen cuando los reflectores mediáticos y sociales se fueron con la insurgencia del Ejército Zapatista en Chiapas, y a Manuel Camacho Solís, su adversario en la puja por la candidatura, se le nombró comisionado para la paz para lograr un heroico Acuerdo de San Andrés Larráinzar, aunque luego no se ratificó.
El candidato priista fue objeto del desdén hacia su campaña presidencial con un anhelado triunfo electoral cada vez más lejano, cuando sus contrincantes Diego Fernández de Cevallos, por Acción Nacional, y Cuauhtémoc Cárdenas, por el PRD, ya despuntaban. Ante ese panorama la derrota con Donaldo era segura.
BITÁCORA
La mafia del poder salinista, como le denomina López Obrador, prefiguró asesinar a Colosio en el afán de martirizarlo y el sucesor, en este caso resultó Ernesto Zedillo, capitalizara el voto del miedo en su favor.— Villahermosa
“El candidato priista fue objeto del desdén hacia su campaña con un anhelado triunfo electoral cada vez más lejano (...)”