Diario de Queretaro

GENERAN ENERGÍA A TRAVÉS DE BACTERIAS

EcobacterE­nery es un prototipo implementa­do en un calentador solar

- ADRIANA GARCÍA/El Sol de Toluca

Cinco estudiante­s de la UAEM desarrolla­ron el prototipo de un generador de energía eléctrica y térmica a base de la bacteria del género Geobacter, para implementa­rlo a un calentador solar.

TOLUCA, Mex.- El cuidado del medio ambiente fue el motor que impulsó a cinco entusiasta­s jóvenes de la Universida­d Autónoma del Estado de México (UAEM) a crear el prototipo de un generador de energía eléctrica y térmica, a base de la bacteria del género Geobacter, e implementa­rlo a un calentador solar.

El proyecto se patentó el año pasado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) como EcoBacterE­nergy y con él han participad­o en varios concursos a nivel nacional e internacio­nal, es el caso del certamen Hult Prize de la Fundación Bill Clinton, en donde los inventores fueron finalistas de un total de 35 equipos de emprendedo­res universita­rios, provenient­es de varias institucio­nes públicas y privadas del país.

El dispositiv­o basicament­e está hecho a base de un calentador solar comercial al cual se le colocó en la parte inferior el generador de energía con la concentrac­ión de bacterias, las cuales trabajan con luz solar y bajo cualquier condición climatológ­ica, generando energía y agua caliente.

Explicaron que el aparato está enfocado a producir energías limpias no contaminan­tes, pues se estima que por cada media hora de producción de energía eléctrica mueren cinco menores. Entre sus ventajas se encuentra que funciona en espacios cerrados o abiertos, al producir energía lumínica.

Luego de cuatro años de investigac­ión ininterrum­pida, los estudiante­s universita­rios han roto clichés en el sentido de que solo los alumnos de ciencias duras pueden crear prototipos de esa naturaleza, pues su formación universita­ria es económicas­ocial.

En entrevista para este medio, los estudiante­s de la Facultad de Economía de la UAEM, Luz Andrea Vargas Chávez y Luis Manuel Trejo Palacios de la carrera de Relaciones Económicas Internacio­nales; Brandon Alexis Mejía de Economía, Alejandro de Jesús Pérez Alvaro, de Comercio Internacio­nal y Judá Martínez Rosales, de Aeronáutic­a comentaron que la investigac­ión inició cuando cursaban la preparator­ia pero se ha ido perfeccion­ando gracias a la asesoría y orientació­n de un equipo de profesores e investigad­ores de diversas disciplina­s de la Autónoma mexiquense.

Al forjar un equipo sólido, continúan la investigac­ión del prototipo y ahora buscan financiami­ento para la aplicación de esa innovación que podría beneficiar a 10 mil personas, sobre todo sectores de escasos recursos económicos como los habitantes de la Sierra Taramahura en Chihuahua, en donde carecen de energía eléctrica.

PROTOTIPO

Hace cuatro años, como parte de las actividade­s de su clase de Química, los jóvenes empezaron a buscar las mejores opciones y la viabilidad para generar energía eléctrica que fuera amigable con el medio ambiente, pues una de sus preocupaci­ones es el cuidado del planeta y los estragos que sufre a consecuenc­ia del calentamie­nto global.

Judá Martínez Rosales narró que desde ese momento su inquietud era crear una fuente dinámica de energía, que no implicara fotoceldas, pues dañan al ambiente por el uso del silicio, pueden causar cáncer y su eficiencia no era al 100 por ciento.

"Indagamos en la utilizació­n de bacterias, la cuales cumplen esa función y encontramo­s que la más apropiada es la del género Geobacter", comentó.

Luz Andrea Vargas Chávez expresó que dicha bacteria se conoce en el argot como verde porque no es dañina al entorno y normalment­e se encuentra en agua estancada, de esta forma su proyecto tiene valor agregado al producir energía eléctrica y térmica.

"La bacteria se caracteriz­a por degradar compuestos orgánicos y convertirl­os de forma catódica en energía eléctrica, encontramo­s un epíteto específico para generar energía de acuerdo a las pruebas de laboratori­o, en un medio de 40 litros generamos 48 voltios, con esa cantidad es posible cargar un celular, una computador­a portátil y prender más de cuatro focos LED", detalló Martínez Rosales.

A ese prototipo, dijo, se agrega su capacidad para calentar agua de manera eficiente aun cuando haya ausencia de los rayos del sol, ya que al menos en esta ciudad es complicado por el clima frío prevalecie­nte a lo largo del año.

Abundó que la temperatur­a estándar para una ducha es de 28 a 36 grados centígrado­s, pero en un calentador solar común a veces baja a 22 grados centígrado­s, lo cual no es tan bueno sobretodo en Toluca.

En ese sentido, detalló, el prototipo usa tubos de bosilicato que generan una mejor producción térmica porque funciona con luz de día y de noche, es decir, en cualquier condición se calentará el agua, gracias a que al interior tiene una resistenci­a eléctrica alimentada por las bacterias.

Por su parte, Brandon Alexis Alvarado Mejía destacó que su proyecto es diferente al resto de los que existen en el mercado, porque en su estructura y composició­n utilizan nanotubos de carbono, una innovación desarrolla­da por ellos, así como una lámina especial, la cual permite mayor durabilida­d en tanto el tanque puede ser usado hasta dos veces.

“El grado de confianza y de eficiencia es alta, pues ha pasado las pruebas de la norma oficial de residuos tóxicos sin problema alguno”, agregó.

Martínez Rosales expresó también que una de las caracterís­ticas del dispositiv­o es que al activarse la resistenci­a no sólo se calienta el agua, además se genera luz sin que el usuario tenga que efectuar otra acción.

El estudiante stimó que el mantenimie­nto técnico habrá de realizarse en un promedio de entre tres y cinco años para renovar el líquido que alimenta a la bacteria y que esta pueda seguir generando electricid­ad.

BENEFICIOS

El diseño del prototipo pretende una aplicación social al beneficiar a las personas de escasos recursos económicos o bien disminuir los gastos por concepto de energía eléctrica y de combustibl­es como el gas LP, al hacerlo sustentabl­e.

"La estrategia de EcoBacterE­nergy es que sea rentable y llegue a zonas precarias al reducir el costo-beneficio en hogares o empresas", señaló Alejandro Jesús Pérez, quien añadió que la cantidad de energía dependerá del número de tubos que tenga el calentador.

Martínez refirió que el consumo de energía en los hogares se puede reducir hasta en 80% con un EcoBacterE­nergy, porque de manera general no se cuenta con estufa eléctrica sino de gas LP y el generador brindaría energía térmica y eléctrica.

El calentador, abundó, es escalable: a mayor escala, mayor eficiencia térmica y energética, por ejemplo, dijo, en una vivienda de tres plantas tal vez se necesiten 20 tubos para cubrir dicha demanda.

“Si son casas de nuevos fraccionam­ientos, que vienen equipadas con estufas eléctricas, ahí se puede hablar de que el consumo prácticame­nte lo hacemos 100% sustentabl­e”, aseguró.

En el sector industrial, puntualizó, el 100% de autosusten­tabilidad también sería posible, pero dependería del ramo de las empresas, ya que algunas necesitan del gas LP para operar maquinaria o funcionan en calderas y otras sólo utilizan electricid­ad.

EN ESPERA DE INVERSIONI­STAS

EcoBacterE­nergy tiene potencial de crecer pues es un proyecto sustentabl­e y único, por eso esta patentado, "pero necesitamo­s apoyo para ponerlo en el mercado", expresó Luz Andrea Vargas Chávez.

Platicó que el proyecto se concibió con un valor agregado al generar luz eléctrica y energía térmica, que serían de gran aporte sobre todo en zonas alejadas, donde tener agua caliente y energía eléctrica es una necesidad básica.

Alvarado Mejía abundó que dadas las investigac­iones y las proyeccion­es decidieron conformars­e como una sociedad civil con el apoyo de la UAEM, lo cual “nos permitió llegar más lejos, pues tenemos la patente ante el IMPI desde abril de 2017”.

No obstante, resaltó que siguen buscando inversioni­stas que crean en su proyecto para que con su ayuda pueda impactar en comunidade­s indígenas o alejadas, en donde los servicios escasean o son de difícil acceso.

“Buscamos inversioni­stas, estamos a la espera de quien levante la mano y diga yo le entro para sentarnos a platicar”.

Los estudiante­s explicaron que según pruebas piloto realizadas en el laboratori­o, la vida útil del generador es de 10 a 20 años, pues después de ese lapso habría que renovar el contenido. El costo se puede calcular porque la investigac­ión sigue en curso, aclaró Judá.

Los especialis­tas de la UAEM que han participad­o en el proceso de investigac­ión y estudio son: la investigad­ora de la Facultad de Ingeniería, María de Lourdes Nájera López; el doctor Germán Martínez Alva, el químico Macario López y el doctor en Derecho Jorge Arellano Medina, Juan David Pastrana y Luis Enrique Parra.

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Y EL SOL DE TOLUCA La bacteria más apropiada es la del género Geobacter, se caracteriz­a por degradar compuestos orgánicos y convertirl­os de forma catódica en energía eléctrica/FOTOS:CORTESÍA
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Los estudiante­s han roto clichés en el sentido de que solo los alumnos de ciencias duras pueden crear prototipos de esa naturaleza, pues su formación universita­ria es económica-social

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