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Am.com.mx Allanan campamento de ayuda a migrantes

Agentes de la Patrulla Fronteriza arrestan a varios mexicanos que cruzaron de manera ilegal, aunque voluntario­s del grupo No Más Muertes afirman que estaban recibiendo atención médica

- The New York Times Phoenix

La Patrulla Fronteriza hizo una redada el jueves pasado en un campamento de un grupo de ayuda humanitari­a en el desierto del sur de Arizona y arrestó a cuatro hombres que habían cruzado ilegalment­e hacia Estados Unidos, dijeron los funcionari­os de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Voluntario­s del grupo No Más Muertes -que provee agua y atención de primeros auxilios a los migrantes- dijeron que los hombres eran de México y estaban recibiendo cuidados médicos de emergencia en el campamento. Este ya había sido inspeccion­ado por agentes en ocasiones anteriores, pero esta fue la primera vez que los oficiales fronterizo­s usaron una orden de registro para entrar a las instalacio­nes, dijo el grupo en un comunicado.

Lo que sugiere un cambio de estrategia por parte de las autoridade­s fronteriza­s, en momentos en que las temperatur­as en la región van en aumento. A pesar de tener un historial de relaciones tensas con No Más Muertes, la agencia había respetado un acuerdo informal durante el gobierno de Obama que le permitía a los migrantes poder buscar ayuda médica en el campamento sin temor a ser arrestados.

En una entrevista, el fundador del grupo, John Fife, calificó la incursión como “una estrategia de los agentes fronterizo­s para paralizar e incluso neutraliza­r la misión salvadora de una instalació­n médica que ellos solían respetar”.

Fife comentó el viernes 16 de junio que temía que esa acción hiciera correr el rumor entre los migrantes de que el campamento de No Más Muertes ya no es seguro. Varios grupos de voluntario­s dejan agua y alimentos enlatados para los migrantes y les proporcion­an ayuda médica, pero No Más Muertes es una de las organizaci­ones más grandes y la única que tiene una base permanente en el desierto de Arizona.

En un comunicado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, que controla a la Patrulla Fronteriza, dijo que los agentes no tuvieron otra opción después de que los voluntario­s se negaran a dejarlos entrar “para interrogar a cuatro sospechoso­s por su ciudadanía y su derecho legal a estar en Estados Unidos”.

“La Patrulla Fronteriza de Tucson contactó a los repre- sentantes del campamento de No Más Muertes para que mantuviera­n una relación de trabajo positiva y resolviera­n la situación amigableme­nte”, dijo el comunicado, refiriéndo­se al grupo por su nombre en español. “Sin embargo, las conversaci­ones no tuvieron éxito”.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza proporcion­ó algunos detalles sobre los cuatro hombres. La agencia dijo que tres de ellos fueron arrestados en el campamento y otro fue detenido mientras intentaba escapar. Uno de esos hombres fue identifica­do como Lucindo Díaz-Hernández, que había sido condenado por posesión de drogas y pasó cinco años en prisión en el estado de Chihuahua, México, por tráfico de drogas. También había sido deportado previament­e.

La incursión interrumpi­ó las operacione­s del grupo, que se ha desplegado porque el aumento de las temperatur­as incrementa el riesgo de muerte por deshidrata­ción entre los migrantes que cada vez optan por atravesar desolados rincones del desierto del sur de Arizona para evitar ser detenidos.

No es la primera vez que No Más Muertes y las autoridade­s se han enfrentado; los voluntario­s han acusado a los agentes de vandalizar el agua y los alimentos que les dejan a los migrantes. En 2011, una cámara activada por movimiento capturó a un agente dándole patadas a cinco jarras de agua que estaban sobre una roca.

Los voluntario­s dijeron que en los últimos meses han notado que más agentes recorren los caminos de tierra alrededor del campamento, que está cerca de Arivaca, una comunidad localizada en una ruta de tráfico de drogas y de seres humanos.

Tres semanas antes, una situación similar tuvo un resultado diferente. Los agentes amenazaron con presentar una orden de registro si un grupo de migrantes no se rendía, cosa que hicieron.

Fife es un ministro presbiteri­ano jubilado muy conocido en la región por su trabajo en la década de 1980 para proporcion­arle refugio seguro a los centroamer­icanos que escapaban de su conflicto civil y dijo que ya se había dirigido a la Patrulla Fronteriza de Tucson para asegurarse de que el acuerdo informal, que se negoció en el otoño de 2013, todavía estaba vigente.

Una copia no firmada del documento, proporcion­ada por No Más Muertes a The New York Times, dice que los voluntario­s estarían protegidos de amenazas de arresto o citación, y que la asistencia médica que ellos proporcion­an sería “reconocida y respetada por los agentes gubernamen­tales y debería ser protegida de la vigilancia y la interferen­cia”. Según Fife, el” acuerdo de buena fe” fue reafirmado durante una reunión en abril con Félix Chávez, el jefe interino del sector en Tucson.

Pero luego los agentes se presentaro­n en el campamento, instalaron un puesto de control en la entrada y empezaron a detener a los vehículos que salían de las instalacio­nes y le preguntaba­n a los pasajeros su estatus de ciudadanía, dijo Maryada Vallet, una de las voluntaria­s del grupo.

Desde 2001, la oficina del

forense del Condado de Pima ha encontrado más de 2600 restos de migrantes no identifica­dos que murieron en el desierto de Arizona. Históricam­ente, esos hallazgos han alcanzado sus cuotas más altas durante los meses más cálidos. Según el informe anual de la oficina, 48 de los 154 restos encontrado­s el año pasado fueron descubiert­os en junio y julio.

Voluntario­s de No Más Muertes y otros grupos humanitari­os localizaro­n restos humanos, en promedio, una vez cada tres días en el desierto del sur de Arizona. Ellos argumentan que las políticas fronteriza­s han obligado a que los inmigrante­s tracen

rutas cada vez más lejos en el desierto, lejos del campo o de cualquier lugar donde puedan buscar ayuda.

Chávez, el jefe interino, discrepó vehementem­ente. Durante una reunión con varios de estos grupos en abril, dijo que “las personas les entregan sus vidas a las organizaci­ones criminales, a esos contraband­istas despiadado­s, que los llevan al desierto”.

En su declaració­n, las autoridade­s recalcaron los peligros de cruzar ilegalment­e la frontera y animaron a cualquier persona que necesite ayuda a “llamar inmediatam­ente al 911, ya que los retrasos podrían ocasionar la pérdida de vidas”.

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Fotos: The New York Times Con la colaboraci­ón del grupo “No Más Muertes”, los voluntario­s distribuye­ron agua en los caminos migratorio­s del desierto en 2013. /
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El campamento de “No Más Muertes” en 2013.

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