CUIDA QUE TUS PALABRAS CONSTRUYAN Y NO DESTRUYAN
Con el tiempo he aprendido que las palabras unen corazones, curan heridas, devuelven la vida, crean esperanza, viajan por el tiempo y viven para siempre como tatuajes en el alma.
¿Te imaginas vivir para siempre?
Con la experiencia he aprendido que las palabras viajan en el tiempo y se quedan para siempre. Dicen que aún nadie puede viajar en el tiempo, pero yo lo he hecho. Gracias a las palabras he viajado al pasado y he aprendido de grandes maestros. He tocado el futuro y he visto lo increíble que es vivir. He aprendido que una palabra no dice nada y que al mismo tiempo lo dice todo. He aprendido que las palabras son poderosas y pueden cambiarle el día a alguien, dar esperanza, enamorar, hacer reír y hacer volar.
Igual y no te lo habían dicho, pero tus palabras pueden cambiar al mundo. Una palabra amable puede suavizar las cosas; una palabra alegre puede iluminar el día; una palabra oportuna puede dar alivio; una palabra de amor puede curar y dar felicidad; una palabra irresponsable puede crear discusiones.; una palabra agresiva puede terminar amistades.
Todos los días tienes 24 horas, mil 440 minutos y 86 mil 400 segundos para que tus palabras inspiren, construyan, halaguen, motiven y ayuden a que crezcan las personas. La lengua no tiene huesos, pero es suficientemente fuerte para romper a un corazón. Así que procura que tus palabras construyan y no destruyan. Nunca sabes hasta dónde pueden llegar. ¡Nunca lo olvides! Las palabras son vida.
Si las palabras que has hablado aparecieran en tu piel, como quiera ¿serías bello?