¿Y los intocables?
¿ALGUIEN HABLÓ, HACE CASI SEIS AÑOS, DEL FIN DE LOS “INTOCABLES” EN MÉXICO? NO ES REFERENCIA A POLICÍAS DE CHICAGO
Me suena la voz de un personaje de altos vuelos repitiendo que confiáramos en él porque no permitiría el desequilibrio en la justicia entre los amigos protegidos, estimulados y los demás, reos de persecuciones y amenazas, algunas consumadas.
Ya he dicho y repetido una sentencia cuyo fondo no ha sido motivo de réplica: hace mucho que los cargos públicos no se pueblan de los mejores egresados de las universidades, porque éstos prefieren rendirse a los atractivos del sector privado.
En cambio, los puestos gubernamentales, se supone, son más escudriñados y motivos, por desgracia, de cientos de transacciones soterradas entre los informadores y sus fuentes. El peor de los maridajes es un factor determinante en la orientación de las noticias. Y, como periodista, lo reconozco con vergüenza pese a no estar en la lista de éstos.
¿Lo percibirá así Luis Videgaray, a quien algunos observaban como un buen aspirante para el gobierno del Edomex desde hace siete años y se arrellana como presunto aspirante al cadalso sin utopía que valga? Sólo así puede explicarse que pensara en financiar las obras proyectadas, desde 2014, con la recaudación a la baja y, en casos, desviada hacia los narcos. ¿Quiénes vamos a pagar los platos rotos? ¿Quiénes ejercemos la crítica y somos cautivos del fisco? Menos mal que la ciudadanía ya está muy acostumbrada a las falacias, la maledicencia pública y el cruce constante de amenazas.
Es nuestro desagradable modus vivendi, una especie de “cuota” para disfrutar, las bellezas de nuestro país. ¿O nos creemos el cuento de que somos más libres que hace un año? Pero, cuando menos, el colectivo reaccionó y puso al sistema a temblar. Ya veremos en diciembre.