Reforma o revolución educativa
Una reforma educativa solo propone atender problemas superficiales en el sistema educativo; una revolución educativa persigue la realización de cambios estructurales en el sistema educativo, y solo se podrá llevar a cabo con la participación consciente y razonada de la comunidad nacional.
Una revolución educativa debe efectuar una cabal transformación que elimine la hipertrofia y macrocefalia que impera en la actual educación, debe vincular la investigación con la docencia, revalorar la escuela y formar mejores docentes, ligar la investigación con las necesidades nacionales, la educación con el empleo, introducir opciones terminales y establecer puentes entre la ciencia, la tecnología y la producción; es decir, que la educación sea vehículo de cambios para reducir las desigualdades, reforzar nuestros valores y construir un nuevo país.
Un cambio educacional debe ser un movimiento político, social y moral y solo se puede hacer con los maestros, padres de familia, alumnos, intelectuales, artistas y de toda la población, y solo así podrá convertirse en realidad.
Una verdadera revolución educativa no se hace desde arriba, ya que hay planteamientos populares exigiendo mejorar las deficiencias, lagunas y omisiones que tiene la educación y que únicamente se podrá llevar a cabo con la sociedad entera.
Una revolución educativa debe ser constructiva porque hay una separación escuela – hogar, no hay participación de la comunidad educativa en la enseñanza, hay un alejamiento del centro, que toma las decisiones de los lugares en que se desarrolla. Una educación en que se enseñe a pensar por cuenta propia y mejorar la calidad educacional desde preescolar hasta los estudios superiores debe conectar la formación profesional con las necesidades del mercado de trabajo, estimulando las formaciones técnicas vocacionales, eliminando las ya saturadas y así podríamos combatir la deserción y la equivocación, aunque este fenómeno está ligado con la pobreza y la emigración que vive el país actualmente.
Una revolución educativa debe orientarse a la descentralización para que los sectores involucrados en la educación participen en ella, tengan una participación creciente en el propio proceso educativo, solo así podría mejorarse la calidad educativa.
La educación es permanente y debe formar el futuro hombre de país, y que consiste en enseñar a ser, a enseñar a pensar por cuenta propia, a ver los problemas nacionales, a examinarlos, a pensarlos, analizarlos para asumir una actitud frente a la vida, una actitud espiritual y social. Para mejorar la calidad de la educación deberá orientarse a tres ejes fundamentales: uno en los docentes, en los programas y contenidos educativos, y en métodos y técnicas que lleven el aprovechamiento de los alumnos y eficiencia terminal.
Para garantizar una educación útil para el desarrollo del individuo y del país para los próximos cincuenta años hay que mantener una comisión educativa permanente con los intelectuales más capaces y con la experiencia en cada uno de los subsistemas de la educación nacional. La comisión que se ha nombrado adicionalmente en la Secretaría de Educación es una sombra más de la oscuridad que impera en dicha Secretaría y en el sistema educativo nacional.