Prepararse para ola de calor
Frente a las olas de calor que afectaron Australia, Canadá, Estados Unidos, Europa, India, Pakistán y Japón en 2019, y ante las predicciones sobre la ocurrencia de este fenómeno en América del Sur, la Organización Panamericana de la Salud/organización Mundial de la Salud (OPS/ OMS) insta a los países de la región a preparase, debido al impacto que pueden ocasionar en la salud de las personas, causando incluso la muerte. En los últimos doce meses veinticuatro países de las Américas se vieron afectados por las olas de calor. Estos son Argentina, las Bahamas, Barbados, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Venezuela, y Uruguay. Las predicciones meteorológicas para América del Sur indican que durante este verano se esperan olas de calor que pueden aumentar el malestar, reducir la disponibilidad de agua, contribuir al incremento del riesgo de incendios forestales y la pérdida de cultivos. Las olas de calor también causan cortes de energía eléctrica, reduciendo el acceso a ventilación, refrigeración y aire acondicionado. Ante esta situación, la OPS ha publicado materiales de comunicación para el público en general sobre medidas a tomar y una guía para apoyar a los países de las Américas en el desarrollo de planes de contingencia para enfrentar las olas de calor. La guía incluye recomendaciones que el sector salud y las agencias de meteorología pueden llevar a cabo para prepararse y responder mejor ante esta amenaza, prevenir los efectos adversos de las olas de calor, atender a las personas afectadas y salvar vidas. La guía insta a que los planes de contingencia por ola de calor determinen la probabilidad e intensidad del impacto en la población, emitan alertas e implementen acciones de respuesta de acuerdo a la amenaza. Los países deberían fortalecer la vigilancia epidemiológica de la morbilidad y mortalidad asociada al calor y mejorar la capacidad de los servicios de salud (capacitación de personal, mejoras en el diseño de nuevos hospitales y equipamiento de hospitales existentes en zonas de mayor riesgo).