¿El exceso de higiene provoca leucemia?
El no exponer a un bebé a los microbios impediría que las defensas de su cuerpo se entrenen adecuadamente
La leucemia linfática aguda (LLA) es el cáncer más frecuente en los niños y ocurre cuando un linfocito (uno de los cinco tipos de glóbulos blancos) se vuelve maligno y se reproduce sin control dentro de la médula ósea, órgano en donde se forman las células de la sangre.
De acuerdo con la teoría del británico Mel Greaves, quien fue honrado con el grado de Caballero por la reina Isabel II de Inglaterra, la leucemia se desarrolla en dos etapas. La primera se produce durante la vida intrauterina e implica mutaciones genéticas que causan la fusión de dos o más genes (fusión genética) o formación de copias extras de cromosomas (hiperdiploidia).
El hecho –según la teoría– es que aproximadamente 1% de los niños que nacen con esa mutación desarrollará LLA, siempre y cuando se produzca una segunda mutación genética, la cual causa alteraciones en el modo en que los glóbulos blancos reconocen a los microbios y fabrica anticuerpos contra ellos.
El aspecto higiénico
Lo provocativo de la teoría del Dr. Greaves es que esa segunda mutación ocurriría porque el bebé fue criado en un ambiente muy limpio durante el primer año de vida. El no exponerlo a microbios durante los primeros meses de vida, por ejemplo, al criarlo en ambientes demasiado aseados, no dejarlo que juegue libremente en el suelo o que se junte con otros niños, haría –según el Dr. Greaves– que cualquier infección adquirida durante la infancia desencadene la segunda mutación que cause la leucemia linfática aguda.
En otras palabras, el desarrollo de la LLA sería consecuencia de una interferencia con el proceso evolutivo natural del sistema inmunitario, el cual, desde tiempos inmemoriales, permitió que los bebés entrenen y desarrollen su sistema de defensa en ambientes naturales y contaminados, muy diferentes de los asépticos entornos de las sociedades modernas, especialmente en países con altos ingresos económicos