Un compromiso con el ambiente
Desde hace varios años, el ambiente viene enfrentando daños incuantificables que tarde o temprano podrían repercutir catastróficamente sobre la vida de los hondureños si no se hace nada. Leer y escuchar cables internacionales sobre visitar la reserva de la Biósfera del Río Plátano antes de que esta desaparezca es preocupante y lleva a cuestionar el papel de entidades del Estado como la Secretaría de Recursos Naturales, el Instituto de Conservación Forestal y la Fiscalía del Ambiente, responsables de aplicar la legislación ambiental.
La tala en esta reserva es alarmante, los narcotraficantes y los ganaderos botan grandes extensiones de bosque sin ningún control para instalar sus fincas y haciendas. Igual sucede en otros puntos forestales del país. A esto hay que sumar el impacto que dejan anualmente los incendios y los enormes daños producidos por el gorgojo descortezador.
El ritmo con que desaparece el bosque y su biodiversidad no augura un futuro prometedor a las nuevas generaciones. Ante la necesidad de fomentar una conciencia en la protección ambiental, EL HERALDO promueve este año en diez centros escolares el proyecto Escuelas Amigables con el Ambiente. Esta es la quinta edición, con una cobertura de 6,066 niños de primero a noveno grado.
A cada escolar se le provee fascículos en los que se tratan temas relacionados con el agua, el aire, la energía, el reciclaje y los bosques. Esto solo es una pequeña aportación en un tema que es tratado con mucha indiferencia.
La educación ambiental debería ser un proceso que se desarrolle permanentemente en las escuelas con el fin de que los niños desde temprana edad conozcan la importancia del cuidado del entorno y aprendan a relacionarse armoniosamente con este.
En Honduras es imperiosa la necesidad de hablar sobre los impactos ambientales que amenazan nuestro estilo de vida, así como de una estrategia que lleve al desarrollo de valores y actitudes que conduzcan al uso racional y preservación de los recursos naturales