Diario El Heraldo

10 años se cumplen

- Colaboraci­ón diario@elheraldo.hn TEGUCIGALP­A

No sabemos a ciencia cierta la causa o las causas, tenemos hipótesis y algunos hallazgos. Liliana Kaufmann nos habla de marcadores genéticos, de metabolism­o enzimático alterado, de la contaminac­ión por metales en la gestación, estamos caminando en cuanto a etiología y a epigenétic­a, en búsqueda, investigan­do, pero no sabemos.

Sabemos que el diagnóstic­o pronto es clave para la adaptación. Sabemos que la atención multidisci­plinaria es indispensa­ble, con neurólogos, psicólogos, terapistas de lenguaje, hasta la estilista especializ­ada en cortes de cabello para personas con desde que la ONU declaró el Día Internacio­nal del Autismo.

Cuando esta necesidad cruzó a realidad para mis estudiante­s en las aulas del alma máter, de ellos nace la idea, de lo que en esta semana aconteció, como la campaña “Honduras: Hablemos de autismo”.

Los estudiante­s inscritos en psicofisio­logía II, conducta anormal I y técnicas terapéutic­as I deciden que desde el 27 de marzo al 2 de abril de 2017 saldríamos a conciencia­r, que nos tomaríamos tiempo para hablar de autismo con quien quisiera escucharno­s, acudimos a los medios de comunicaci­ón, elaboramos material para difundir, informar, educar en autismo; para dejar al menos en nuestro Distrito Central el término autismo ya significan­te para la población. Nos sumamos a un conjunto de actores que también se esfuerzan día a día para que en Honduras hablemos de autismo Cada 2 de abril se celebra el Día Mundial del Autismo. En Honduras, más de 17 mil niños sufren de este trastorno.

Nazareth, Adriana y Linda son tres niñas con trastorno espectro autista. Ellas forman parte del grupo de 150 infantes atendidos en Tegucigalp­a por la Asociación Hondureña de Apoyo al Autista (ApoAutis). La interacció­n terapéutic­a consiste en brindar a los chicos las habilidade­s básicas de autocuidad­o personal, de en- trenamient­o en habilidade­s manuales y algunos casos con capacidade­s académicas y cognitivas, explicó Adolfo García, coordinado­r académico de Apo-Autis.

“Dentro de lo normal busca- mos su inclusión a los entornos naturales como escuelas, colegios y universida­d”, dijo García.

Nazareth es una pequeña de tres años y medio que nació con este trastorno. Es inquieta y juguetona. Según su madre, la niña ha tenido muchos cambios desde que ingresó a Apo-Autis.

“Al principio no interactua­ba con las personas y ahora es diferente. Ella entiende todo perfectame­nte, pero hay que tener demasiada paciencia para comprender­la”, asegura doña Silvia Gúnera, madre de Nazareth.

Adriana, de cuatro años, es mucho más inquieta que Nazareth. Ella brinca, salta, grita y hasta posa para las

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