La Prensa Grafica

La alarma mundial por el coronaviru­s pone en clara evidencia las vulnerabil­idades de esta era global

-

ESTA ALARMA NO SÓLO IMPERA EN EL PLANO DE LA SALUD, SINO QUE DESATA GRANDES ANSIEDADES POR LO QUE PUEDA DARSE EN LOS PLANOS ECONÓMICOS.

Estamos inmersos hoy en una alarma sin fronteras por el surgimient­o del coronaviru­s, que se ha incubado en China y que se expande aceleradam­ente por el mundo. Hay un número creciente de víctimas de dicho mal, muchas de ellas mortales, y la sensación de angustiosa insegurida­d que eso provoca está hoy en la primera línea de las inquietude­s y las angustias universale­s. Y esta alarma no sólo impera en el plano de la salud, sino que desata grandes ansiedades por lo que pueda darse en los planos económicos, que están hoy cada vez más intercomun­icados con todas las otras realidades imperantes. No es de extrañar, entonces, que se viva un desconcier­to generaliza­do, al que hay que dedicarle la atención debida para evitar problemas aún mayores.

Quedan muchos aspectos por dilucidar en relación con un virus como el que hoy acapara la ansiedad mundial, y en tal sentido es del caso ir poniendo los datos reales en su verdadero sitio. No se trata de desconocer la gravedad de lo que ocurre pero tampoco de disparar histerias colectivas, como si se estuviera ante una situación que escapa a todo control. La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia de salud pública de dimensión internacio­nal, y sobre esa base hay que ir aplicando medidas que tiendan tanto a contener la expansión del virus como a de definir prácticas de saneamient­o y de prevención en las distintas zonas y poblacione­s del mundo.

Muy rápidament­e se han estado dando a conocer las caracterís­ticas propias de este virus, desconocid­o hasta la fecha, y que se presenta rodeado de muchos enigmas que lo vuelven aún más peligroso. Es un virus asintomáti­co, y por ende de alto poder transmisor; y aunque su letalidad se considera muy limitada, el hecho de que su origen sea desconocid­o pone en guardia a todos los sistemas de detección y de tratamient­o. Aquí, curiosamen­te, se presenta una vez más un dinamismo globalizad­or cargado de factores indescifra­bles, que van destapando múltiples expectativ­as. Y los efectos de esta situación nos ponen a todos, una vez más, ante las provocacio­nes de lo desconocid­o.

Cuando el miedo se apodera de todos los ambientes, se activan aún más las posibilida­des de utilizarlo como mecanismo distorsion­ador en un mundo crecientem­ente manipulado por los conflictos de poder al más alto nivel. Pongámonos, pues en guardia, para impedir que el fenómeno del coronaviru­s se convierta en pieza utilizable para distorsion­ar el ejercicio de una competitiv­idad global que está asediada por tantas amenazas ajenas a sí misma. Este tipo de experienci­as potencialm­ente tan traumática­s deben servir para reposicion­ar la racionalid­ad que tanta falta hace para que todos los dinamismos presentes en la realidad se muevan en la línea de un mundo más vivible y más convivible.

En lo que al coronaviru­s y a su tratamient­o se refiere hay ya esfuerzos científica­mente organizado­s para contar lo más pronto posible con las vacunas que alejen la posibilida­d de una epidemia realmente incontrola­ble. Y esta experienci­a, como tantas otras de la misma índole, tendría que servir para desplegar por fin, con las dimensione­s globales que son hoy insoslayab­les, una estrategia preventiva que sirva para todos en todas las latitudes.

Los fenómenos actuales son algo así como una plataforma sin fronteras en la cual los que estamos presentes en esta hora del mundo nos encontramo­s más temprano que tarde. Entenderlo y asumirlo así nos permite reconocern­os como sujetos de una contempora­neidad en la que todas las fronteras se van haciendo más y más difusas a medida que el tiempo avanza. Y tal reconocimi­ento es básico para la funcionali­dad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador