Infectólogo pide a mujeres estar alertas por el zika
La advertencia va de forma especial para aquellas mujeres que se encuentran en edad de reproducción o ya en estado de embarazo. El MINSAL reportó en 2016 el primer caso de zika asociado a microcefalia en recién nacidos.
Hablar del zancudo Aedes aegypti no es solo hablar de dengue, también es hablar de zika y de chikungunya (fiebre chik), enfatizó ayer el infectólogo Iván Solano, miembro y consultor del Colegio Médico y vicepresidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología (ACENCAI). “Una cosa que estamos descuidando es que solo nos estamos preocupando por el dengue, cuando también está afectando la chikungunya y el zika, especialmente a las mujeres embarazadas; ellas deberían dormir con mosquiteros, usar repelente en la piel todo el día, son seguros para usarlos sin importar
el estado de embarazo”, advirtió el médico.
Desde que comenzó el año y hasta el pasado 20 de julio, los casos sospechosos de zika sumaban 411 (incluyendo un paciente hondureño), un 89 % más que los del año pasado durante el mismo período.
De ese total, 62 mujeres embarazadas han sido registradas como sospechosas de casos de infección por zika y las mayores tasas de estos 62 casos las registran los departamentos de Cabañas, Chalatenango, La Paz, Sonsonate y Ahuachapán.
Con excepción de La Paz, los otros cuatro departamentos, y sumando Cuscatlán como quinto, se han
“Solo nos estamos preocupando por el dengue, cuando también está afectando el zika, y especialmente mujeres embarazadas deberían dormir con mosquitero, usar repelentes en la piel todo el día, son seguros”. IVÁN SOLANO, VICEPRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN CENTROAMERICANA Y DEL CARIBE DE INFECTOLOGÍA
“Se ha registrado 62 mujeres embarazadas sospechosas de zika. De acuerdo con su ubicación geográfica, las tasas mayores se encuentran en Cabañas, Chalatenango, La Paz, Sonsonate y Ahuachapán”. BOLETÍN DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA, MINISTERIO DE SALUD
convertido en los que registran no solo las tasas más altas, sino las tasas que están arriba del promedio nacional del total de los casos sospechosos de zika.
Mientras la tasa nacional es de 6.3 casos por cada 100,000 habitantes, la de Chalatenango es de 49.7, la de Sonsonate es de 13.1, la de Cabañas es de 12.9 y la de Ahuachapán y Cuscatlán es de 6.8.
Los casos sospechosos de zika han estado por encima de los que fueron reportados en 2018 desde que comenzó este año, con alzas que oscilan entre el 70 % y el 90 %, aproximadamente.
La preocupación de Solano surge a partir de la relación que tiene el zika con los nacimientos de niños con microcefalia, cuyo primer caso fue registrado en El Salvador en 2016, según lo informó en aquel momento la extitular del Ministerio de Salud (MINSAL) Violeta Menjívar.
“Entre noviembre de 2015 y la primera semana de junio de este año se contabilizan 274 embarazadas que presentaron sintomatología compatible con zika”, reza un comunicado oficial del MINSAL del 14 de junio de 2016.
De los 411 casos sospechosos de zika para este año, los niños menores de un año son los más afectados, con una tasa de 90.6 por cada 100,000 habitantes, y los menos afectados son los adultos mayores de 60 años, cuya tasa es de apenas 0.9.
Por otra parte, la chikungunya registra hasta el 20 de julio 349 casos sospechosos, un alza del 74 % en comparación con el año anterior; y han estado por encima de los del año pasado todo este año.
De nuevo, Chalatenango, Sonsonate, Ahuachapán y Cabañas encabezan la lista con las tasas más altas por cada 100,000 habitantes: 40.68, 15.80, 6.80 y 5.29, respectivamente.
HA MUTADO EL VECTOR
El infectólogo Iván Solano también hizo énfasis en que la clave en la prevención de las tres enfermedades es la eliminación del vector, la destrucción de los criaderos de zancudos y en este punto coincidió con las autoridades sanitarias al señalar que lograrlo no depende del Gobierno, sino del aporte de la sociedad en sus casas, en sus oficinas o en sus lugares de trabajo y en los espacios públicos.
A su juicio, no solo la cepa o el serotipo 2, que es el más agresivo de los cuatro que existen, está circulando en el país, pero no es eso lo importante, sino el hecho de que el vector ha mutado y es responsabilidad de cada persona eliminar este vector.
Hace algunos años, recordó, solía decirse que el zancudo se reproducía en agua limpia estancada, como la que se guarda en pilas o barriles, como reserva para cuando no cae el agua potable, pero en la actualidad tiene capacidad para desarrollarse también en aguas sucias estancadas, como el agua lluvia que queda en llantas o en depósitos tirados en el suelo.
“Hay que recordar que no hay un antivirus, pero los serotipos siempre están allí y no tienen mutaciones, lo que sí es que el zancudo sí ha adquirido ciertos grados de resistencia a los métodos de eliminación. Por ejemplo, el abate, según la Unidad de Entomología del Ministerio de Salud, ya reporta resistencia. Ya no se eliminan los famosos criaderos de zancudos solo con el abate”, anotó el especialista.
El zancudo está buscando sobrevivir al cambio climático y por eso se está ambientando a nuevas aguas, a nuevas temperaturas, explicó, y esta valoración la hacían también hace pocos meses en Miami, Estados Unidos, durante la Conferencia Global de Salud.
Los expertos científicos explicaron en la ciudad estadounidense que el vector se ha vuelto más resistente al grado de prevalecer no en otras épocas del año en las que antes no aparecía, por lo que es inevitable el aumento de los casos de las tres enfermedades, a menos que se haga una prevención estratégica exitosa.
CASOS DE DENGUE GRAVE
Finalmente, Solano explicó que los síntomas que presenta una persona con dengue clásico son dolor de cabeza, fiebre elevada, malestar general, dolor de cuerpo y puede aparecer un sarpullido o rash en el organismo. Por lo general, esto dura tres días.
Entre el tercero y el quinto día, sin embargo, la probabilidad de que este dengue se convierta en un dengue grave aumenta: dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos que no toleran ni el agua ni nada por vía oral, cansancio porque se da una fuga de líquidos y se pueden llenar de aguas los pulmones. “Todos estos son criterios para dengue grave; también comienzan a alterarse las pruebas de función hepática y coagulación; por lo tanto, la probabilidad de sangramientos es mucho mayor”, detalló.