Nosolohayque atraerinversión, sinoqueretenerla
Uno de los grandes retos que tiene el país es mejorar el clima de inversión, el cual está bastante deprimido, lo que se traduce en menos oportunidades de empleo. Para tener un clima de inversión atractivo, que dinamice la economía y que genere más y mejores fuentes de trabajo, debe haber confianza y certeza para los inversionistas.
Muchas veces escuchamos de parte de las autoridades gubernamentales que se realizan esfuerzos para atraer inversiones y que se crean estrategias para tal fin, o que se organizan grandes foros para discutir el tema. Además, las ofertas en las campañas electorales prometiendo mayores niveles de empleo e inversión nunca faltan. Lo que casi no se escucha es que se planteen e implementen políticas públicas efectivas encaminadas a generar certidumbre para que los empresarios incrementen las inversiones que ya tienen y las mantengan en el país. Esto implica que si se quiere aumentar el empleo y evitar que disminuya, también se debe trabajar en cuidarlo y retenerlo. Cuando viene una nueva inversión, muchos nos alegramos y el gobierno de turno lo celebra como un gran logro suyo, pero cuando la misma se retira del país porque existe un clima negativo para los negocios, nadie se responsabiliza y la consecuencia es que se aumenta el desempleo, afectando a muchas familias.
Con preocupación se pudo ver en los medios de comunicación la semana pasada, que debido al clima de inversión adverso que existe, a mediados de este año se podrían perder quince mil empleos y que tres empresas del sector textil se retirarán del país; asimismo, expresó una gremial del sector privado que varias empresas han reducido su personal, por la incertidumbre económica y política, y por la excesiva tramitología y burocracia a la que se ven expuestas.
Uno de los grandes desafíos que se tienen en el país es mejorar el clima de inversión y revertir el escenario desfavorable que existe actualmente y que ha estado presente desde hace varios años. Indicadores nacionales e internacionales lo confirman, al igual que reportes de inversión extranjera directa en donde El Salvador aparece como el país que menos inversión atrae en Centroamérica. De acuerdo con los últimos Reportes de Competitividad del Foro Económico y Mundial, los principales obstáculos para hacer negocios en el país son: crimen y delincuencia, corrupción y burocracia. Asimismo, la Encuesta Dinámica Empresarial del 4º trimestre de 2016 que elabora FUSADES indica que los factores que más influyen en la percepción desfavorable del clima de inversión, por su orden, son: inseguridad ciudadana y las políticas gubernamentales equivocadas.
Existen propuestas que de aprobarse coadyuvarían a mejorar el clima de inversión brindando certeza y reduciendo la engorrosa burocracia, tales como: el proyecto de Ley de Procedimientos Administrativos, para ordenar los trámites en la Administración Pública; la Ley de la Función Pública, que vendría a obligar que las contrataciones del recurso humano en el Estado sean por razones de capacidad y bajo mecanismos transparentes; así como el trabajo que se realiza para armonizar normas dentro del Organismo de Mejora Regulatoria. Además, no debe olvidarse el trabajo por modernizar las aduanas.
Es impostergable mejorar el clima de negocios para aumentar las inversiones, retenerlas y por ende incrementar el empleo. Más allá de los foros, discursos y promesas, lo que se necesita son acciones contundentes y claras que brinden confianza a los inversionistas, tales como: respetar el Estado de derecho, seguridad jurídica, modernizar al Estado y volverlo eficiente, reducir la burocracia, combatir la corrupción y mandar señales positivas de que El Salvador es un lugar seguro para invertir.