Una comunicación mental y emocional
En sus primeros pasos en el camino a ser intérprete, recuerda y enfatiza (como consejo para futuros intérpretes) que el aprendizaje de la lengua de señas, al igual que con cualquier otro idioma, debe basarse en un proceso de práctica constante, caso contrario resultará complicado asimilarlo. Comunicarse con las manos requerirá incluso una mayor concentración que comunicarse verbalmente, porque además de la sincronización y desarrollo de los sentidos, se potencia la atención hacia la otra persona.
El método más importante dentro del proceso es la práctica comunicativa con las personas sordas, quienes se convierten en los mentores ideales para perfeccionar cada detalle de señas, movimientos, posturas, expresiones faciales y corporales. La comunicación con una persona sorda requiere de paciencia y mucha técnica de conexión anímica. Se involucran no solo sentidos físicos sino también los mentales y emocionales. Por ello, para todo intérprete será importante practicar con las personas sordas constantemente, ya que al final serán quienes evaluarán el progreso del intérprete.
Una experiencia que atesora es la emisión especial por la visita del papa Francisco a Ecuador, donde junto a los periodistas Pedro Jiménez y María Isabel de Lebed cumplió con su rol de intérprete por cerca de ocho horas ininterrumpidas, pese a que el rol de un intérprete al aire debe ser hasta de una hora como máximo. Una oportunidad que agradece a Dios como principal gestor de su senda.