Investigación de los abusos del poder
El abuso del poder es una posibilidad latente en todo gobierno, porque no está conformado por ángeles impecables, sino por seres humanos vulnerables, proclives a cometer errores y abusos. El poder es un gran desafío, porque quien lo ejerce debe mantenerse siempre equilibrado, conjugando la firmeza y la prudencia, el poder de decisión y la transparencia, la exigencia de los deberes ciudadanos y la garantía de respeto a los derechos humanos.
El poder también es una gran responsabilidad, porque de las decisiones u omisiones de quien lo ejerce, depende el presente y futuro de un país. Ejercer el poder es como subirse a un brioso corcel, que aún no ha sido domado. Si el jinete no sabe dominar al cerril corcel, terminará dominado por él y lanzado al suelo. Cuando el poder domina a la autoridad que lo ejerce, la hace perder el equilibrio y termina derribándola. El poder dominante termina haciéndole perder la razón a la autoridad dominada; al perder la razón, la autoridad comienza a abusar del poder y termina atropellando a quienes se lo concedieron.
Ejercer el poder con tiranía es un signo de debilidad y pequeñez porque, si al tirano se le retira el poder, termina reducido a la mínima expresión y necesita huir con guardaespaldas para protegerse. Apoyar la investigación de los abusos que pudieron cometerse en el gobierno anterior, para sancionar a los responsables, es una política acertada del señor Presidente de la República, pero sería una política más coherente, si dispusiera que se investigue también los abusos que pudieran estarse cometiendo en su gobierno. La responsabilidad del poder no es un juego de dominó donde un presidente investigue al gobierno anterior y a él sólo lo pueda investigar el gobierno siguiente. (O)