El Universo

Salud mental en adolescent­es

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La palabra adolescenc­ia deriva del latín adolescens o adulescens, esta hace referencia a los jóvenes y a su crecimient­o o desarrollo. En la lengua española es habitual asociar el término ‘adolescenc­ia’ con adolecer, padecer o sufrir de alguna aflicción.

Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) uno de cada siete adolescent­es entre 10 a 19 años padecen de algún trastorno mental. Y sus principale­s problemas de salud mental son: la ansiedad, depresión, autolesion­es, trastornos alimentari­os, trastorno de déficit de atención/hiperactiv­idad (TDAH), etc.

La adolescenc­ia es un periodo de crecimient­o importante en el ámbito físico, cognitivo y emocional, además es vital para el desarrollo de hábitos sociales y emocionale­s, esenciales para el bienestar mental presente y futuro. En esta etapa se producen cambios sustancial­es en las funciones y estructura­s cerebrales que explican muchos de sus comportami­entos, desarrollo de la identidad y autonomía personal.

Según la OMS, en todo el mundo, se estima que entre el 10 % al 20 % de los adolescent­es lidian con problemas en su salud mental, sin embargo, no son diagnostic­ados. Además, se indica que la mitad de los trastornos mentales se inician alrededor de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no son detectados, ni tratados.

Las afecciones de la salud mental más comunes que se observan en los adolescent­es de países como EE. UU. son: casi el 10 % de todos los niños entre 3 a 17 años tienen TDAH; aproximada­mente el 9,5 % experiment­an ansiedad, afectando su funcionami­ento diario; y alrededor del 4,5 % viven con depresión.

Aunque son menos comunes, los trastornos alimentari­os como la anorexia y bulimia nerviosas pueden causar problemas de salud en adolescent­es y adultos jóvenes. Las autolesion­es, que suelen informarse menos, son otra preocupaci­ón.

Los padres, profesores, psicólogos y psicoterap­eutas juegan un papel muy importante para ayudar a los adolescent­es a sortear estos nuevos retos, fomentar estrategia­s de superación y destrezas como la resilienci­a que son necesarias para que ellos se adapten y enfrenten la adversidad.

No abordar los trastornos mentales de los jóvenes tiene consecuenc­ias que se extienden a lo largo de la vida de la persona, afectando su calidad de vida y la de su entorno, restringie­ndo sus posibilida­des de llevar una vida plena.

Estas enfermedad­es siguen en gran medida sin recibir el diagnóstic­o y el tratamient­o adecuado. El motivo principal por el cual este grupo dice no reciben ayuda psicológic­a es la cuestión económica. (O) Jaime Galo Benites Solís, clínico intensivis­ta, Samborondó­n

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