ESTAR DESEMPLEADO PODRÍA INFLUIR NEGATIVAMENTE EN LA SALUD MENTAL DE JÓVENES, DE ACUERDO CON PSICÓLOGOS
Andrea, de 25 años, lleva tres meses desempleada. Eso es lo que ella calcula le duraría el dinero de su liquidación y lo que ha logrado ahorrar. Sin el apoyo de su familia, su situación económica sería crítica.
Ella perdió su empleo como ingeniera química en octubre pasado por un recorte de personal. Empezó a buscar trabajo enseguida: dice ya haber perdido la cuenta de a cuántas empresas ha aplicado. Ha conseguido entrevistas en tres lugares, pero aún no pasa ese filtro.
Esta búsqueda infructuosa la frustra. “Para una que se preparó para tener un trabajo y poder sustentarse a uno mismo, independizarse, es frustrante”.
Ha tenido que aplicar a puestos que le ofrecen un sueldo básico a pesar de ser profesional. “Es eso o nada, pero siempre que veo una mejor paga piden experiencia de cuatro o cinco años, que no tengo, pero uno igual espera algo justo”.
Incluso emprender para tener una fuente de ingresos es arriesgado. “Lo he pensado mucho, si no me llega a salir no me quiero quedar sin nada”.
Su situación le afecta “muchísimo” en el aspecto mental. Piensa constantemente en que no consigue un trabajo y en la oferta laboral insatisfactoria.
104.865 ecuatorianos de 25 a 34 años no encuentran empleo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos de noviembre de 2023.
El número de personas que cobraron el seguro de desempleo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, además, aumentó de 19.594 en 2022 a 23.363 en 2023. El monto dado fluctuó de 25 a 28 millones de dólares entre ambos años.
Esa preocupación diaria de no conseguir trabajo podría derivar en complicaciones graves para la salud mental, según María Fernanda Acosta, psicóloga.
La experta explica que estudios han establecido un vínculo entre estar desempleado y la incidencia de depresión, ansiedad e incluso el suicidio.
“Muchas veces, cuando analizamos el problema del desempleo, vemos solamente el tema económico, que es muy importante, pero también hay que ver que el empleo es un hito en el desarrollo de una persona, como caminar, hablar, ir a la escuela”, aduce la psicóloga.
Por lo tanto, no conseguir empleo, o tener uno que no permita independizarse de los padres, genera una sensación de fracaso e incluso de marginación social. En casos de individuos en situaciones económicas precarias podría llevarlos a conductas violentas, delincuencia y adicciones.
El psicólogo Christian Arias concuerda en que la falta de empleo podría llevar a una persona a desarrollar estas patologías, pues tener una ocupación es esencial para poder satisfacer necesidades sociales y económicas. “Claro que hay una correlación. Comenzamos con estrés, luego ansiedad, y más adelante en un panorama depresivo severo”, explica Arias.
Aunque el trabajo puede ser una gran fuente de estrés, también provee de estructura a las vidas de las personas, asegura Acosta, algo que es importante mantener mientras se busca un nuevo empleo. Esto podría venir incluso de la búsqueda misma. “Con mis pacientes en esta situación parte de la labor es eso: de qué hora a qué hora va a ver las páginas de empleo, y volver eso una especie de rutina”. (I)
Hay 104.865 jóvenes de 25 a 34 años desempleados en Ecuador, según el INEC.