TEATRO EL ENSUEÑO
Con Murmullo, un ensamble inspirado en el cuento Algo muy grave va a suceder en este pueblo, de Gabriel García Márquez, abrió sus puertas el teatro El Ensueño, un nuevo escenario con el que se pretende llevar las artes a millones de personas del sur de Bogotá.
La obra, dirigida por Erika Ortega, amalgama música, acrobacias y luces, y fue el miércoles 7 de abril también “la excusa” para la apertura del XVI Festival de Teatro y Circo de Bogotá, que terminará el 25 de abril, un evento en el que los circenses tendrán un espacio especial.
En este Festival el circo, ese espectáculo que se resiste a bajar el telón, tendrá un “capítulo muy especial con el circo como protagonista”, dijo la directora del Instituto Distrital de las Artes, Catalina Valencia. El teatro, que está a la altura de los mejores de Bogotá, puede albergar a 800 personas y está equipado con tecnología de punta, diez camerinos y dos salas de ensayo.
“Hay que ver ‘Murmullo’ porque la ciudadanía necesita el alimento del alma, necesita otra vez volver a imaginar, volver a inspirarse con las propuestas escénicas”, dice Erika Ortega, directora de la obra.
La apuesta de la Alcaldía de Bogotá es que este escenario, ubicado en Ciudad Bolívar, sea el epicentro de las artes escénicas del sur de la ciudad, la zona que mayor cantidad de población concentra pero en la que este tipo de escenarios son una rareza. Ciudad Bolívar es el retrato de la necesidad. Allí se mezclan sectores de población que han logrado mejorar su vida tras llegar a la capital sin nada, en no pocas ocasiones huyendo de la violencia.
Una de las ideas más ambiciosas es que el teatro sirva para conectar y vincular las artes con el sur de Bogotá. En ese sentido El Ensueño fue integrado a la red de espacios culturales de Bogotá de la cual hacen parte teatros como el Jorge Eliécer Gaitán o el Planetario. En el montaje, los artistas hacen un despliegue de sus destrezas y, por momentos, en pleno vuelo sus cuerpos se contorsionan en un trabajo lleno de armonía entre sus ejecutores que se valen de cuerdas para sostenerse en el aire. EFE
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