Nelsa Curbelo es experta en derechos humanos, no violencia y resolución de conflictos. Fue presidenta de Ser Paz, organización no gubernamental que logró pacificar a las pandillas en Guayaquil.
Nelsa Curbelo está detrás de la desmovilización de pandillas como Los Ñetas y Latin King en Guayaquil, grupo que se legalizó como asociación y concluyó con sus miembros al frente de microempresas e incorporados a la sociedad civil. La activista por la paz reflexiona sobre el tema de la venganza y sobre la irrupción de una corriente que ejerce presión por la toma de justicia por mano propia.
¿A qué nos aboca un concepto como la venganza?
Al ojo por ojo de la ley del talión, a una supuesta justicia retributiva, pero no hay tal. En una sociedad donde impera el ojo por ojo, todos nos quedamos ciegos, como dijo Gandhi.
Se presume como una especie de reparación por un daño recibido. ¿Es en verdad una suerte de compensación por un agravio?
parques, al final terminamos haciendo una suerte de prisiones de las ciudades, como si los delincuentes estuvieran sueltos y el resto, en una cárcel.
Si las leyes intentan ser objetivas, promover la paz social, y si estamos en un supuesto Estado de derecho, ¿qué esta fallando?
Falla quien aplica la ley. Existe un estado fallido, a nivel de las garantías que debe proporcionar. Se está evidenciando que no funcionan.
¿Qué no funciona?
No funcionan los que tienen el uso legal de la fuerza, los policías, sobre todo. Tampoco parece que está funcionando bien el sistema judicial, porque las leyes y el sistema no me favorecen ni me protegen como ciudadano. Si me defiendo solo, lo comprendo. Si me defiendo con un grupo organizado, eso ya es muy grave; porque eso implica un deterioro del Estado de derecho. Y lo que se está deteriorando también es la misma democracia.
¿Cómo detener estas respuestas deimpotencia ante la delincuencia?
Con un Estado de derecho más sólido, una fuerza policial