Una investigación se enfoca en los hipopótamos de Colombia
Este es el primer acercamiento científico a esta problemática
Dentro de 30 años, los descendientes de los hipopótamos del narcotraficante colombiano Pablo Escobar se contarán por miles en Colombia si no se toman medidas y quizás la simpatía y la curiosidad que hoy despiertan estos animales “fuera de lugar” se transformará en lo contrario.
Elizabeth Anderson es una de las científicas de la Florida International University (FIU) participantes en una investigación sobre los potenciales efectos ecológicos y socioeconómicos de la introducción de un megaherbívoro africano, el Hippopotamus amphibius, en Colombia, cuyos resultados acaban de publicarse.
Este primer acercamiento científico al tema indica que para el año 2050 podría haber entre 400 y 800 hipopótamos en Colombia si se toma un índice anual de crecimiento de su población del 7%, pero si se considera un 11% de aumento, algo que “no es irreal”, podrían llegar a 5 000.
Actualmente, hay entre 40 y 60 localizados en la zona media de la cuenca del Magdalena, el principal río de Colombia, que discurre entre la cordillera de los Andes y el mar Caribe a lo largo de más de 1 500 km y es el hábitat de más de 2 700 especies de animales, además de ser la cuenca fluvial más poblada del país y de regar algunas de las principales zonas destinadas a la agricultura en Colombia.
Pablo Escobar, el poderoso jefe del cartel de Medellín, importó en 1981 de un zoológico de Estados Unidos cuatro hipopótamos, tres hembras y un macho, para que formasen parte de la colección de animales exóticos de su Hacienda Nápoles, una finca de 3 000 hectáreas cerca del Magdalena, que hoy está dedicada al turismo.