Víctimas de la usura reclaman justicia
Perdieron su casa, su auto, el patrimonio construido tras años de esfuerzo. Son las víctimas de la usura.
La oferta de créditos a tasas que están por encima de los límites establecidos enlaleyesundelitoestablecidoenelcódigo Orgánico Integral Penal y que se castiga con cinco y siete años de cárcel.
Actualmente, existen 19 segmentos de crédito y la tasa legal depende de si el financiamiento es para consumo, para capital de trabajo, para adquirir una vivienda, etc. La tasa máxima más alta es del 30,5% para un segmento de microcrédito.
Pero los chulqueros exigen el 120% o más de interés. Además, piden a los deudores que entreguen como prenda: inmuebles, vehículos o letras de cambio en blanco, las cuales se ofrecen devolver al final del préstamos, pero eso casi nunca ocurre y terminan perdiendo su patrimonio.
Las personas que optan por esta forma de financiamientotambiénsufrenamedrentamientos físicos y psicológicos.
Quienessehananimadoairalascortesen busca de justicia, no la han hallado.
Desde 2014 hasta marzo de este año, se presentaron 2 528 denuncias, pero solo en 32 casos hubo algún tipo de dictamen. La mayoría se quedó en fase de investigación previa. Estas personas también son víctimas de la falta de agentes, peritos, recursos y, en algunos casos, de falta de eficiencia de la Función Judicial.
El origen del problema está en la escasa cultura financiera, pero también hace falta una mayor bancarización. Según un reporte del Banco Central de marzo pasado, sólo dos de cada 10 ecuatorianos adultos ha accedido a algún servicio financiero formal.
El Gobierno busca mejorar esos indicadores y, para ello, ha anunciado que se realizará un estudio de las tasas de interés, cuya revisión podría empezar en este segundo semestre. En la medida que el estudio sea técnico e incluya a la mayor cantidad de actores posibles se podrán definir cambios para que toda la población pueda acceder a crédito formal.