Entre las reglas de sumisión y dominación

“Megusta, me excita, quiero estar con él. Pero cuando llega el momento, me pongo tensa, me desconcentro. ¡Estoy bloqueada!”. Esta podría ser parte de lo que en una conversación ‘random’ le dice una amiga a otra sobre su novio. O también podría ser parte de tu propio diálogo interno cuando sientes que en la cama algo te impide disfrutar a plenitud. También me pasó a mí. Hace tiempo, en esos viajes que hacía para tomar cursos a nivel profesional, me dispuse en los tiempos libres a aprender acerca de diversos temas de sexología que en otros lados se hablan sin tapujos. En Buenos Aires me inscribí en un taller sobre dominación y sumisión, y allí comenzó mi aprendizaje. Era todo muy visual y se explicaba sobre el rol de sumisa, así como el de dominante. ¿Pude incorporar esas prácticas? Sí y seguramente no habría conocido otra forma de llegar al placer, pero lo que más me agradó de aquellas clases es la importancia de que se hable del tema entre la pareja, los acuerdos y la búsqueda que hagan juntos por conocerse a profundidad. Todo esto sin juzgarse. Suele pasar que quieres realizar algún tipo de práctica, pero por cultura llegas a pensar que es algo no digno para una dama. ¡A liberarse! Hay que entender que también es muy erótico acordar con tu ‘crush’, novio o esposo todo lo que quieras en la cama, en cuanto a sumisión y dominación. Por ejemplo, puedes ser sumisa y que no te guste que te pongan una venda en los ojos o grilletes en tus muñecas. O asimismo, puedes ser dominante y no querer caminar por la espalda de tu sumiso, etc. Por eso es tan importante definir acuerdos antes del sexo, para establecer sus límites y poder llegar ambos al orgasmo. Cuando tengas ese nivel de confianza con tu pareja, será básico que tengan un kit de juguetes bondage en el cajón del velador. Pero como en toda relación, si algo no te convence, no lo hagas.