Técnica ancestral para levantar muros
Alumnos del Instituto Tecnológico Jatun Yachay Wasi, en Colta-Chimborazo, emplean sus conocimientos en obras amigables con la naturaleza.
Rurashpa yacharin (jugando y aprendiendo) es el dicho andino que utilizaron los estudiantes de la carrera de Construcciones Andinas para recrear diferentes técnicas ancestrales en la edificación de un cerramiento para una chakra dentro del Instituto Tecnológico Jatun Yachay Wasi (Gran Casa del Conocimiento).
El fin de semana pasado se realizó la minga de capacitación y entrenamiento en técnicas constructivas ancestrales con barro y agregados naturales en el centro ubicado en el cantón Colta. Estudiantes de la carrera, docentes, directivos y alumnos del propedéutico trabajaron juntos.
“Se emplea el conocimiento para que la transferencia de la sabiduría sea mediante un proceso participativo y exploratorio por parte del que va a aprender, en este caso el estudiante”, indica tayta Pomaquero, yachak y director de investigación del instituto.
Primero se realiza el cambijari (alineación o replanteo); todo debe tener proporcionalidad y armonía. En este caso, como está junto a una caminería no debe perturbar la visión, debe distribuirse los espacios y generar formas, explica Pomaquero.
Después unos recogen la tierra, otros buscan las herramientas, plomadas, niveles, carretillas, paja, carrizo, alambre, entre otros, y con varias directrices comienzan a experimentar con los materiales.
“El juego permite que se pueda manipular primero, se debe sentir el material y ser parte de este lugar como un elemento más, como la tierrita, el agüita, la paja. Una vez que llega a esa dimensión de sentir, la persona va a poder vibrar, construir, aprender y hacer de su aprendizaje un proceso elaborado desde su experiencia”, añade el sabio andino.
William Balseca, docente de la materia de Construcciones tradicionales, manifiesta que estos sistemas constructivos tienen como base la tierra y se utilizan en la edificación de viviendas, porque ayudan a mantener la temperatura. “El barro hace que sea viva y mantiene agradable la temperatura en el día y la noche”, asevera.
Antes de la práctica, los estudiantes recibieron un taller de la mano de un experto en construcciones andinas, quien despejó algunas dudas y dio consejos para levantar edificaciones con sistemas ancestrales combinados. “He compartido mis conocimientos; durante 27 años he cumplido sueños de personas que quieren habitar casas que no dañen el medio ambiente y que las mantengan más saludables”, indicó Rodolfo Toapanta.
Para Purikila Poveda, alumna de cuarto semestre, esta experiencia ha sido muy importante. “Estamos practicando con las técnicas que hemos aprendido, los materiales que se pueden utilizar, ahora tenemos una mejor visión, una cosa es la teoría y otra la práctica, ha sido un randy randy (dar y dar)”, señala.
Geovanni Constante, director de la carrera e ingeniero mecánico y tecnólogo en medicina ancestral, destaca que el objetivo es rescatar los saberes ancestrales con la conciencia de que la construcción ancestral es ecológica.
EL DATO
Estos sistemas son frescos, tanto para el invierno como para el verano y no se contamina el medio ambiente.
“Son bioconstrucciones amigables con el ambiente, empáticas con la energía de la persona y económicas porque usan materiales del entorno”, afirma.
Para recuperar el diseño andino como se propone se debe comprender que es una ciencia y como tal hay que estudiarla, enfatiza.
Francisco Cepeda, rector del instituto, resalta la importancia de que los estudiantes puedan hacer las comparaciones y fortalecer los saberes ancestrales. “Estamos enfocados en que se implemente la teoría en la práctica, que se pueda desarrollar una comparación con los saberes occidentales en las cuatro carreras con articulación meteorológica en el aprendizaje; por lo general, los alumnos de este instituto tienen ya una formación en una carrera y vienen a complementar sus estudios porque quieren regresar a estos saberes de antaño”, señaló.