1.200 alumnas lloran el cierre del Marillac
Como lo había advertido el gremio, los planteles particulares no resisten la crisis y empiezan a cerrar en Guayaquil.
DENNYS HIDALGO, vicepresidenta del Comité Central
de Padres
Es un colegio de mucho prestigio. Solicitamos a la Junta de Beneficencia que baje esa decisión que han tomado. Son cientos de alumnas que lo necesitan para seguir sus estudios.
LUIS LARRETA, padre de familia
Tengo a mis tres hijas en esta unidad, ya he comprado uniformes, zapatos y medias. He gastado más de 200 dólares y me prestaba para matricularlas este lunes. No es justo.
KATHERINE
CHEME, madre de familia
La información del cierre de la unidad educativa llegó recién a las 11:45 a mi correo el sábado 9 de mayo. Me quedé en shock, es un desconcierto y algo triste para las alumnas.
El virus de la COVID-19 resultó ser más fuerte que el feriado bancario que vivió Ecuador en 1999 y muchas otras crisis económicas que ha experimentado el país. Tras servir por 91 años en la enseñanza, la Unidad Educativa Santa Luisa de Marillac, ubicada en el Puerto Principal, decidió cerrar sus puertas.
Son unas 1.200 alumnas que ahora tienen la opción de seguir sus estudios en la Unidad Educativa José Domingo de Santistevan, entidad que también es administrativa por la Junta de Beneficencia de Guayaquil. En una carta se les indicó a los padres de familia que tienen hasta el 14 mayo para aceptar o no la matrícula en esta otra entidad.
El comunicado puso en shock a las alumnas, padres de familia y profesores, quienes venían en capacitaciones para dar clases virtuales, e incluso algunos de los representantes de las menores de edad ya habían comprado uniformes, zapatos y medias para el nuevo año lectivo, como relata a Diario EXPRESO Luis Larreta. Él se pregunta: ¿qué voy a hacer con los uniformes nuevos que he comprado? ¿Si acepto ir a la otra unidad educativa, me van a aceptar el uniforme o tengo que hacer un nuevo gasto?
Durante la tarde del último sábado los padres se organizaron y formaron chats en Whatsapp, para coordinar acciones y pedir que la Junta de Beneficencia no cierre el Marillac. Entre las primeras ideas que salieron estuvo realizar un plantón fuera de la entidad, la cual está ubicada en la calle Piedrahíta y avenida del Ejército. El encuentro sería hoy lunes por la mañana. Además de que las autoridades reciban a los miembros del Comité de Padres central, para dialogar. “La cita puede ser virtual, si las autoridades así lo prefieren. Pero es necesario que nos escuchen”, plantearon.
Aunque hay padres de familia, como Jorge Reyes, que solicitan que el Ministerio de Educación se pronuncie y que como autoridad actúe para evitar el cierre del centro.
Los padres de familia están conscientes de la difícil situación económica que se vive en todo el país, a consecuencia de la cuarentena por el coronavirus. Otro de ellos, Pedro Velasco, cuenta que el colegio viene arrastrando morosidad por falta de pagos de las pensiones. Según él, la situación se agudizó porque un alto porcentaje de las alumnas no se habían matriculado aún. “Entiendo la situación de la Junta, pero se debe dialogar para ver si se puede llegar a un acuerdo de entendimiento por escrito, para garantizar el pago de matrículas y pensiones”, propone.
En los chats de los padres también han comentado que el cierre de una unidad educativa se debe hacer cuatro meses antes de la apertura del año lectivo, según el artículo 107 del Reglamento a la Ley Orgánica de Educación Intercultural. En cumplimiento con este punto, el cierre se debió anunciar en diciembre de 2019, argumentan los representantes de las alumnas.
Frente a los hechos, EXPRESO solicitó la opinión de la Junta de Beneficencia. La entidad en
un comunicado explica que la emergencia sanitaria a causa de la pandemia por la COVID-19 ha desencadenado una serie de cambios imprevisibles en diferentes frentes sociales y económicos a nivel mundial.
“A consecuencia de ello y para optimizar recursos”, la H. Junta de Beneficencia de Guayaquil, amparada en la ley, “se ha visto en la necesidad de tomar decisiones difíciles pero necesarias en cuanto al cierre voluntario de la Unidad Educativa Santa Luisa de Marillac”.
La Junta precisa que a los padres que opten por un centro educativo diferente al recomendado, se les reembolsará el valor pagado por la matrícula correspondiente al período lectivo 2020-2021, así como la documentación requerida para el cambio respectivo.
Mientras que los padres conversan virtualmente sobre cómo encontrar una solución, las alumnas se amanecieron chateando y hasta realizando videos de sus recuerdos en las salas de clases. “Son más de 1.000 voces que nos unimos para solicitar a la Junta que no cierre el Marillac”, cuenta Azucena Guamán, al referirse
a los chats de padres y alumnas que se formaron el sábado por la tarde, luego de saber el paso dado por la Junta.
Guamán agrega que sus dos hijas desde que se enteraron de la mala noticia no habían dejado de llorar. Una escena que se repitió en cada uno de los hogares donde vive una estudiante del centro educativo, según este Diario comprobó con entrevistas que hizo a los progenitores.
En uno de los videos, hecho por las alumnas en la madrugada del domingo, se incluyó una canción que dice: “Se termina nuestra historia, es el final. Se quedan tantas hojas blancas sin rellenar... ¿Cómo quieres que sea fuerte si te perderé?”.
Esta es la letra de una canción romántica que habla de la ruptura de un amor, pero expresa muy bien el sentimiento de las jóvenes, porque en la etapa de la escuela y el colegio todo estudiante estrecha profundos sentimientos con sus compañeros de clase y con la entidad.
Hoy son unas 1.200 alumnas las que sienten su corazón roto y lloran suplicando que no cierren la Unidad Educativa Santa Luisa de Marillac.
EL DETALLE
Laboral. La UNE está preocupada por la cantidad de profesores que han perdido su trabajo. Se planifica un plantón para hoy, en el parque Centenario.