Yincana cultural en homenaje al parque Cumandá
La festividad tradicional se realizó en la quebrada Jerusalén ❚ El acto se hizo para celebrar el lugar
Doce estaciones en total tuvieron que pasar los aficionados al deporte y la cultura, en una yincana que se organizó para celebrar el sexto aniversario del parque Cumandá, en Quito.
En cada una había una actividad diferente; desde bailar música nacional, crear un esqueleto de cuentos, buscar un tesoro en la piscina, una carrera de resistencia, jugar tenis de mesa, hasta defensa personal. El fin de semana se retomaron las competencias que usualmente se realizan en las fiestas populares para integrar a la comunidad, en un sitio que es representativo para los quiteños, explicó Miguel Fuenmayor, gestor deportivo del parque Cumandá.
El 25 de enero de 2014, el sitio abrió sus puertas, sin embargo la historia de las tierras donde ahora se asientan se remonta a años atrás y han formado parte de la cotidianidad de la capital.
Había una quebrada llamada Jerusalén, donde en los alrededores se hicieron calles empedradas. Los vecinos de barrios como San Sebastián o la Loma pasaban por esos caminos con el temor de caer a la hondonada, mientras los barrios se unían.
Posteriormente, en la década de los 80, se rellenó el terreno y se construyó lo que fue la terminal terrestre Cumandá, que funcionó hasta 2009, explicó Anahí Macaroff, coordinadora general del parque urbano Cumandá.
Desde los años 50 habían pequeños buses, que en los alrededores se apostaban para recoger y dejar pasajeros que venían de diferentes partes del país.
“Como todo era de tierra había muchos problemas, sobre todo en la época de lluvia, hasta que se hizo un empedrado”, mencionó.
El nombre de Cumandá se da en referencia al teatro con ese nombre, que actualmente está abandonado, y que está ubicado sobre las avenidas 24 de Mayo y Maldonado, dijo.
Durante todo un día los asistentes disfrutaron del juego, en el que no importaba la edad de las personas, sino recuperar una festividad tradicional para festejar un sitio que es parte de la modernidad.
“La yincana es reconocernos en nuestras diferencias y jugar para sentirnos felices, y desde esa felicidad vincularnos con la gente”, comentó Francisca Espinoza, gestora educativa de Cumandá.
Explicó que el parque fue creado para resaltar las culturas y tradiciones que en la ciudad se han ido perdiendo, como es el caso de este tipo de competencias.
Quienes asistieron también llevaron alimentos, había frutos secos, vegetales y granos típicos como el maíz.
Todo se unió para la realización de la pambamesa, una mesa comunitaria donde se comparte la gastronomía típica y el diálogo.
“El compartir alimentos es muy común en nuestra cotidianidad ecuatoriana y por eso quisimos recuperar la costumbre”, agregó.
La festividad duró cerca de ocho horas, en las que se combinó el deporte, la cultura y la música moderna de décadas pasadas.
EL DETALLE
Construcción. La infraestructura del espacio es la misma que tenía la terminal terrestre, que no fue demolida, solo adaptada para ser mejorada.