Ladrillos de plástico para construir el futuro
La manera en la que se gestionan los residuos plásticos es uno de los grandes problemas mundiales. La incapacidad para reciclar un volumen que se acerque a lo que se produce en todo el planeta acarrea consecuencias tan graves al ecosistema que desde hace tiempo se habla de una emergencia climática.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico, mientras que cada año se utilizan unos 500.000 millones de bolsas del mismo material. Ocho millones de toneladas de estos residuos acaban en los océanos al año. Unas cifras que obligan a afrontar el futuro desde una perspectiva distinta, y también a encontrar soluciones nuevas.
Costa de Marfil no es, ni mucho menos, inmune a esta situación. Las estimaciones sitúan en tan solo un 5% el total del plástico que se recicla en todo el país, un hecho que, además de tener un efecto grave en el medio ambiente, está directamente relacionado con problemas de salud como la diarrea, la malaria o la neumonía. Por esa razón, Unicef se unió con Conceptos Plásticos, una empresa social colombiana especializada en proyectos innovadores de reciclaje, para ofrecer una solución imaginativa que, además, ayuda a paliar otro problema, la falta de escuelas. ¿La idea? Convertir ese plástico desechado en escuelas.
El proyecto creó la primera fábrica de Costa de Marfil de ladrillos 100% realizados con plástico reciclado. La iniciativa permite que los residuos salgan de las calles y los vertederos. Son ladrillos incombustibles, un 40% más baratos y un 20% más ligeros. Los ladrillos, que se produzcan en la ciudad de Abijan, se ensamblan fácilmente, como piezas de Lego, lo que facilita la construcción en zonas en las que la necesidad de aulas es apremiante.
La primera escuela realizada con ladrillos procedentes de plástico reciclado se inauguró en Sakassou, un pequeño pueblo de una zona remota a dos horas de Abijan. En esa zona, los niños y niñas antes se veían obligados a caminar más de 7 km al día para asistir al colegio. Se espera que en este nuevo centro escolar el año que viene haya 30 clases más que puedan albergar a unos 1.400 alumnos.
Pero no solo los estudiantes se beneficiarán. Una vez que la fábrica funcione a pleno rendimiento, en ella se reciclarán 9.600 toneladas de residuos plásticos al año, lo que supondrá una fuente de ingresos para mujeres en situación de pobreza que podrán acceder al mercado laboral. Los ladrillos se utilizarán para la creación de otros edificios, además de escuelas.