SU HISTORIA
La fundación comenzó su obra hace 18 años, recibiendo a ancianos indigentes sin familia. Quienes deseen colaborar pueden llamar al 0967451343.
Allí no había soledad. Atrás quedaban esos días en los que ochenta ancianos vivieron en la indigencia, huyendo de la lluvia, buscando comida, anhelando que alguien los escuche... No tienen familia, por eso cuando alguien llega, es como si sus ojos se encendieran.
El asilo, que está a cargo de la fundación Clemencia, busca de todas las formas dar una nueva vida a quienes estuvieron en las calles. Tienen varias campañas, unas para conseguir que las personas den su tiempo apadrinando a un abuelo al que incluso podrán llevar de paseo, o a través de donaciones de ropa y zapatos para que sean vendidos en el Mercadito solidario, que es un pequeño espacio establecido en el asilo, en el km 26 de la vía Perimetral.
El objetivo es conseguir que ellos reciban una atención integral, pues requieren de muchos cuidados. Muchos de ellos padecen de alzhéimer, párkinson, demencia senil y hay quienes ni siquiera pueden levantarse de sus camas.
Los convenios con universidades e institutos los han ayudado a enfrentar la carga de la atención. Los estudiantes realizan allí sus prácticas preprofesionales de medicina, de terapia física y respiratoria y eso mejora en gran medida la calidad de vida del adulto mayor, que cuenta además con personal de planta.
En su búsqueda de fondos, se involucraron en los emprendimientos y abrieron no solo un restaurante, sino también una panadería a la que le pusieron la marca ‘Uy qué rico’ y con la que han logrado tener ingresos. Se alistan para el relanzamiento de estos locales, ubicados en Urdenor, mientras un grupo de estudiantes ha comenzado la venta de camisetas, también para recaudar dinero para estos internos que van de los 60 años hasta los casi 100.