En la capital reviven antiguas tradiciones
La Plaza Grande era el sitio de concentración popular a principios del siglo XX ❚ Se realizó el acto para valorizar las costumbres
Los colores y el fortísimo sonido de las trompetas y el bombo de la banda de pueblo enciende los ánimos de los quiteños, tal como en 1907, cuando este festejo inició.
Agustín Llumiquinga, director de la Asociación de Hacedores de Danza (quienes organizaron una representación), eran diez días, del 28 de diciembre al 6 de enero, en los que los capitalinos participaban en actividades públicas y privadas como bailes de máscaras y el corso de flores.
Los primeros encuentros se desarrollaban en plazas, teatros, salones y casas.
El corso de flores era la culminación de estos festejos. En esa época las flores y las serpentinas vestían los balcones, las calles y las plazas. “El personaje principal era el disfrazado, es decir hombres y mujeres que vestían trajes típicos y de fantasía”, comenta el gestor cultural.
EL DETALLE Memoria. ‘Las Inocentadas del Ayer’ se llevaron a cabo con el objetivo de recuperar la tradición de baile de los quiteños, que se habría perdido a partir del surgimiento de los tríos musicales. PERSONAJES
En esa época no podían faltar la diferenciación de clases, mientras que en las casonas y clubes privados los participantes se ponían vestidos de crinolina, emulando la cultura europea.
Según Llumiquinga, en las reuniones populares aparecen personajes más relacionados con la cotidianidad y la historia ecuatoriana. “La gente se vestía de monos y osos. De personajes como los yumbos y las viejas chuchumecas”, sostiene.
Al principio del siglo XX, se realizaba un recorrido por las calles del centro de Quito, los disfrazados lanzaban colaciones con ají, granos de morocho o maíz para atraer a los niños.
“Gritaban ¡vieja chuchumeca, cara de muñeca!”, cuenta Llumiquinga.
En la fiesta además están las