Una ruta de fe por el barrio Garay
Las fiestas parroquiales de la iglesia Jesús Obrero duraron diez días
Misas, conversatorios y un recital de música sacra presidieron a la procesión de Jesús Obrero, iglesia del barrio Garay, que festejó recientemente sus fiestas parroquiales en una celebración de diez días.
La parroquia ha visto días mejores. Sin embargo, pese al número limitado de feligreses, que tras un escándalo delictivo mermó la nutrida asistencia a este templo, el padre José Cedeño tiene fe en que la congregación volverá a fortalecerse.
“Hay que ganarse nuevamente la confianza de los feligreses, conversar con los vecinos, ayudarlos”, reiteró.
La situación ha reforzado los programas comunitarios de la parroquia, entre ellos un plan de desintoxicación para personas con adicciones, un proyecto de acogida para personas indigentes y una “clínica” matrimonial para parejas.
Los diez días de celebración encajaron en este plan, reuniendo a profesionales y moradores del barrio con el fin de que pudieran compartir con otros creyentes.
Las festividades concluyeron con una procesión que salió desde este templo y recorrió las calles Alberto Guerrero Martínez y Víctor Hugo Briones junto a la imagen de Jesús Obrero y una veintena de fieles.
Aunque breve, la ruta se realizó entre cánticos y rezos, terminando con una liturgia a cargo del arzobispo de la urbe, monseñor Luis Cabrera.
Ahora, a la parroquia solo le queda continuar su labor comunitario y espiritual, esperando que de a poco los moradores retornen.
HISTORIA La parroquia Jesús Obrero se fundó en 1946 por orden de monseñor José Félix Heredia. El templo, cuyo terreno fue cedido por el Cabildo de la época, se construyó con donaciones.