La liquidez global
EDITORIAL
Por encima de cualquier teoría económica que pretenda justificar una gestión fallida, están la lógica y el sentido común. El concepto de liquidez global pretende aplicar prácticas del manejo de caja “con plata ajena” al sostenimiento de un comportamiento fiscal inviable y de claro riesgo moral para los ecuatorianos que debemos pagar las cuentas del Estado disfuncional.
¿Qué nos dice la aritmética fiscal? Que la brecha de recursos, esto es la diferencia entre ingresos y gastos registrados en la proforma del presupuesto general del Estado (incluyendo rubros que no constan en dicho documento) supera los $12.000 millones. La “gimnasia financiera” requiere, pues, hacer nuevas colocaciones de bonos, empréstitos in- ternacionales (de entidades y gobiernos), más ventas anticipadas de petróleo (de las mismas que han sido denunciadas por inconvenientes), y la emisión de Certificados de Tesorería. Aun luego de culminadas estas vicisitudes, es previsible que, al igual que en los ejercicios anteriores, habrá demandas adicionales de un gasto público desbocado e insostenible.
Pero las autoridades hacen caso omiso de estas señales y proponen que los dineros públicos y los que están depositados en el Banco Central formen parte de una sola cuenta donde “se simulan pagos”. Y se trata de simulaciones pues, ni bien efectuados estos, en acto seguido se procede a los retiros y débitos, incluyendo de fondos que no forman parte del Tesoro. La liberalidad es tal que el Banco Central hoy en día apenas dispone de una quinta
...las autoridades hacen caso omiso de estas señales, y proponen que los dineros públicos y los que están depositados en el Banco Central formen parte de una sola cuenta donde “se simulan pagos”.
parte de los recursos que constituyen, en cualquier momento, pasivos exigibles.
La teoría de la liquidez global, tal cual está esbozada y es practicada por gente que ignora la importancia del equilibrio fiscal, es una patente de corso para la irresponsabilidad. Su práctica conlleva costos que, en todos los casos, superan a los beneficios; costos que tienen impacto directo en el endeudamiento agresivo, la generación de empleo, el crecimiento sustentable, la competitividad, la seguridad financiera, la paz social y la convivencia ciudadana. Se trata de una farsa, sin lógica y contraria a la buena economía, que ha pasado y le está pasando una enorme cuenta a los ecuatorianos, luego de haber desperdiciado la mayor fortuna material de recursos de la que gozó el país en los once años precedentes.